Afilando mi espadaMuestra

Hebreos capítulo 12 nos ofrece un grandioso llamado a la perseverancia en la fe. Después de la profunda reflexión sobre la fe en el capítulo anterior, este capítulo nos invita a mirar hacia delante en nuestra propia carrera espiritual. Al hacerlo, se nos recuerda la importancia de despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia, y de correr con paciencia la carrera que tenemos por delante. La metáfora de una carrera es especialmente relevante en un mundo que a menudo se siente caótico y abrumador.

Durante la lectura de este capítulo, recordemos que nuestra fe no solo debe ser animada, sino también contagiada a otras personas.

El versículo 1 nos presenta la imagen de un estadio lleno de testigos que han corrido la carrera de la fe antes que nosotros. Estos testigos no solo son un recordatorio de lo que significa vivir con fe, sino que también nos animan a seguir adelante. ¿Qué nos están diciendo estos ejemplos de fe? Nos recuerdan que la perseverancia es clave. Al igual que ellos, debemos mantener nuestra mirada fija en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.

El hecho de que Jesús haya soportado la cruz y la haya despreciado por el gozo que le esperaba es un modelo inspirador. Él no solo enfrentó el sufrimiento, sino que lo hizo con un propósito claro en mente. Esto nos desafía a ver nuestras propias luchas desde una perspectiva diferente: en lugar de verlas como obstáculos, podemos verlas como oportunidades para crecer y fortalecer nuestra fe.

Hebreos 12 nos presenta un llamado a vivir con valentía y perseverancia, al mirar hacia Jesús, encontramos la fuerza y la motivación para seguir corriendo nuestra carrera. A medida que enfrentamos los desafíos de la vida, recordemos que somos parte de una gran nube de testigos, animándonos a permanecer firmes en nuestra fe.