Afilando mi espadaMuestra

En 1 Tesalonicenses capítulo 4, Pablo exhorta a los creyentes a vivir una vida de santidad, apartada del pecado y dedicada al Señor. Les pide que se alejen de la inmoralidad y controlen su cuerpo en pureza y honor. Además, les insta a seguir creciendo en el amor mutuo y a vivir de manera respetuosa. Finalmente, Pablo aborda la esperanza en Cristo con respecto a aquellos que han muerto, asegurando que los que están en Cristo serán resucitados.

Al meditar en esta lectura, descubre como la muerte ya no tiene la última palabra. Cristo venció y con Él somos vencedores.

El llamado a la santidad que Pablo hace aquí es claro: debemos apartar nuestras vidas para Dios en todos los aspectos. No se trata solo de evitar el pecado, sino de vivir de una manera que honre al Señor. Preguntémonos: ¿Qué áreas de nuestra vida necesitan ser rendidas al Señor para vivir en santidad? Pablo también nos desafía a crecer en el amor hacia los demás. ¿Cómo podemos mostrar más amor a nuestra comunidad? Además, Pablo nos recuerda la esperanza que tenemos en Cristo. Incluso ante la muerte, podemos tener la seguridad de que, gracias a Su resurrección, la muerte no tiene la última palabra.