7 días de Oración y AyunoMuestra

LA GUERRA ESPIRITUAL

En Cristo, ya tenemos la victoria en cada batalla que enfrentamos. Aunque nuestras situaciones o circunstancias a veces nos agobian, debemos recordar que nuestros retos pueden ser espirituales, no solo físicos, mentales o emocionales. Nuestras emociones son muy reales, pero no son la última palabra. Efesios 6:12 nos recuerda: "Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.". Es importante recordar que no solo estamos luchando contra cosas físicas, por lo que la forma en que luchamos es diferente a cómo lo haríamos en el mundo.

A pesar de estos desafíos, no debemos temer, ya que caminamos en la victoria de Jesucristo, quien conquistó la muerte a través de Su resurrección. Ejercemos nuestra autoridad en Cristo a través del poder de la oración y la adoración para luchar nuestras batallas espirituales. Al entregar nuestras preocupaciones y temores a Dios, ponemos nuestra confianza en Él. La oración es nuestra primera respuesta, no nuestro último recurso: ¡oramos por todo! Equipados con el Espíritu Santo, la oración y la Palabra de Dios, encontramos escrituras de verdad para luchar en el Espíritu, impulsando la voluntad de Dios.

Aplicación/Reflexión:

1. ¿Qué batallas estás enfrentando que necesitas darle a Dios, y dónde ya has experimentado la victoria?
2. ¿Cómo puedes orar contra la guerra espiritual en las vidas de quienes te rodean?

Oración:

Señor, me arrepiento por las veces que he buscado soluciones terrenales a los problemas espirituales. Te pido que afiles mi discernimiento en asuntos espirituales. Aumenta mi conciencia de los ataques espirituales y los recursos con los que me has equipado para luchar y ganar estas batallas. ¡Gracias porque ninguna arma forjada contra mí prosperará! Pido Tu intervención en mi nombre y en el de mis seres queridos. Oro contra cualquier ataque del enemigo sobre mi mente, salud y espíritu. Reclamo victoria y protección en el nombre de Jesús, amén.