A los Pies de JesúsMuestra

Cuando se va a comprar alguna fruta o carne, lo primero que se hace es inspeccionar las varias opciones y escoger la mejor de todas; nadie quiere tomar una mala decisión al momento de elegir, ya que podría traer algún mal en la salud. Eso fue lo que hizo María: Analizó todas las cosas que podía hacer (limpiar, cocinar, hacer preguntas, etc.) y tomó la decisión que le brindaría salud espiritual. Jesús dijo que ella había «escogido la parte buena».

Marta estuvo esperando a que Jesús amonestase a María diciendo: “Oye, no es justo que dejes a tu hermana cargada de tareas y responsabilidades; ve y ayúdala”. Tal vez María pensó que había cometido un error y que Jesús le ordenaría ir a que apoye a su hermana. Sin embargo, en cuestión de segundos, María se dio cuenta de que Jesús nunca la acusó o apartó de sus píes. Al contrario, Jesús respaldó la confianza que ella tuvo al venir y sentarse al lado de sus pies. La parte buena que María había escogido «no le será quitada»; esa es la frase defensora de Jesús a favor de María. Es como si hubiese dicho: “No alejaré a María de mis pies, porque ella ha escogido esta parte; no la haré mover de este lugar”.

María se acercó al que está sentado en el trono de la gracia y, como resultado, recibió ayuda y defensa al instante en que su hermana le presentó acusación. Jesús nunca apartará de su presencia a aquellos que en humildad, reverencia y con un oído presto a escuchar se acercan a sus pies divinos.

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