El Que Rompe AtadurasMuestra

El Que Rompe Ataduras

por Rocky Fleming

Hombre muerto caminando

No he luchado en las fuerzas armadas. Solo puedo compartir lo que me han contado. Lo que me han dicho es que no hay amigo o enemigo más intrépido que el que ha entrado en una batalla sin miedo a la muerte. ¿Cómo puede ser que puedan superar un instinto básico de supervivencia? Debe estar en su mente que aquello por lo que están luchando es más grande que su vida. Estas personas tienden a verse a sí mismas metafóricamente muertas ya, y si el aspecto físico viene ya se esperaba.

Cuando miramos a los terroristas suicidas con explosivos atados a sus cuerpos, nos hacemos una idea de cómo están pensando. El problema es que se apresuran al fuego eterno en lugar del paraíso, como se les ha lavado el cerebro para que crean, porque se perdieron a la verdadera Persona a la que deberían entregar su vida y su muerte.

Miro a estas personas y niego con la cabeza mientras pienso: "Están dispuestos a morir por lo que creen acerca de Dios y lo que se les ha enseñado, porque nunca han aprendido a conocerlo y vivir con Él a través de la proximidad cercana con Jesucristo. ¡Qué gente tan engañada es para dar sus vidas por un falso profeta y sus falsas enseñanzas, y a su vez perder la salvación que podría ser suya!". ¿Cómo se relaciona este ejemplo con convertirse en un guerrero espiritual que vence a su enemigo espiritual?

Considera:

La vida consagrada que se menciona en Romanos 12:1-2 se declara como un "sacrificio vivo". ¿Qué significa esto? Entendemos que el sacrificio de nuestra vida por la muerte es morir por algo. Pero el sacrificio vivo es vivir para algo, o en el caso de la vida consagrada de un cristiano, es vivir para Jesús. Ahora bien, es cierto que vivir para Jesús ha llevado a muchas personas a la muerte. Han escogido la muerte en lugar de la vida si eso significaba negar a Jesús, y eso hizo que los mataran. Pero su muerte metafórica ya había sido aceptada y, como resultado, vivieron sin miedo mientras estaban vivos.

Vivieron victoriosos. Vivían en compañía de Jesús, y sabían que nada podía arrebatarlos de sus manos, ni interrumpir sus vidas, excepto con su permiso. Esto crea un hombre valiente, y es este hombre el que se convierte en un guerrero peligroso en las batallas espirituales. Lo único que impide que este guerrero sea un conquistador sobre todas y cada una de las tinieblas que se le presentan es no saber quién es, qué es capaz de hacer o a quién sirve.

Si quieres que te quiten las cadenas de la esclavitud, será necesario que te entregues a ti mismo y tus derechos a Jesús, y comiences a vivir para Él a través del abandono personal y la confianza absoluta en Jesucristo. Entonces, muchas victorias serán tuyas.

Lo que realmente sucedió es esto: traté de mantener las reglas y trabajar duro para agradar a Dios, y no funcionó. Así que dejé de ser un "hombre de la ley" para poder ser el hombre de Dios. La vida de Cristo me mostró cómo hacerlo y me capacitó para hacerlo. Me identifiqué completamente con él. De hecho, he sido crucificado con Cristo. Mi ego ya no es central. Ya no es importante que parezca justo ante ti o que tenga tu buena opinión, y ya no me siento impulsado a impresionar a Dios. Cristo vive en mí. La vida que me ves viviendo no es "mía", sino que es vivida por la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.

(Gálatas 2:19-20)