(Des)aprender

Nicodemo. Rabí. Erudito. Da respuestas. Respetado. Maestro. Este hombre sabe "eso" y a él puedes dirigirte.

Nicodemo sabe que no conoce algo esencial, que no puede comprender (todavía). Y va en su búsqueda.

María. 'Ex-residencia de demonios'. Ignorante. Una mujer al margen. Pregunta. Aprende.

María sabe que hay muchas cosas que no sabe, pero Jesús se encontró con ella y su vida cambió para siempre.

Me encanta cómo se juntan estas dos personas en esta parte de 'Los Elegidos’. Un maestro en busca de respuestas y una mujer de los márgenes que ha encontrado LA respuesta en la persona de Jesús. Ambos con corazones sinceros, ambos en movimiento.

Hoy se trata de aprender y desaprender.

En Nicodemo y María, vemos a dos personas que, en momentos distintos de su trayectoria vital, están (des)aprendiendo muchas cosas. Todas sus ideas de quiénes son ellos mismos, sus imágenes del Sabbat, sus modales, sus nociones preconcebidas tal vez, se les están yendo de las manos.

Es correcto que te preguntes: ¿Hasta qué punto el conocimiento te ayuda?; y hasta qué punto a veces también se interpone en tú camino para ser receptivo a lo que Jesús quiere mostrarte; para aprender a vivir como una persona "nueva" en un mundo "nuevo".

Aprender y desaprender, en otras palabras. Aprender a veces es difícil, pero desaprender suele ser mucho más difícil.

En el texto de hoy, Pablo habla de poner y quitar. Dos palabras que, en realidad, abarcan el mismo terreno.

Seguir a Jesús es desaprender.

Seguir a Jesús es aprender.

Reflexiona sobre las siguientes preguntas:

• ¿En quién te reconoces, en Nicodemo o en María? ¿Por qué?
• ¿Qué haces al descubrir que las cosas en las que crees firmemente y por las que apuestas, resultan ser distintas de lo que pensabas? ¿Qué haces cuando la imagen de Dios es muy diferente de lo que te habías imaginado? ¿Tienes algún ejemplo concreto de tú propia vida?
• ¿Qué necesitas desaprender? ¿Qué es lo que quiere enseñarte Jesús en su lugar? ¿En que podrías tomar un primer paso hoy?

Ora: "Señor, sé que tengo mucho que aprender. Gracias por llevarme de la mano paciente y amablemente, una y otra vez en este proceso. ¿Podrías, por medio de Tu Espíritu, mostrarme qué cosas necesito desaprender? ¿Y podrías sustituirlas por cosas que se ajusten a la nueva vida como un hijo o hija Tuyo? Deseo tanto parecerme más a Ti. Amén".