Semana SantaMuestra

El domingo que antecede a la Semana Santa, millones de cristianos alrededor del mundo celebramos el Domingo de Ramos. Es el día en el que recordamos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Ese día la multitud recibió a Jesús colocando ramas de palma y gritando “Hosanna, bendito el que viene en el nombre del Señor".

La palabra Hosanna significa: “Sálvanos ahora”. Esta declaración no era una expresión de adoración, sino una petición de salvación ya que los judíos vivían bajo la opresión del Imperio Romano y en su angustia clamaron: ¡Jesús sálvanos ahora!

La multitud gritaba tan fuerte que algunos le pidieron a Jesús que los callara; sin embargo, Jesús les respondió: “Si ellos callan, las piedras gritarían”.

Jesús no respondió a la petición de la multitud con palabras, respondió muriendo en la cruz y resucitando a los tres días. El pueblo pedía salvación de la opresión de los romanos. Sin embargo, Jesús sabía que la mayor opresión del pueblo no eran los romanos, sino el pecado, la enfermedad y la muerte.

Ellos querían una libertad exterior, pero Jesús les dio una libertad interior. Jesús no les dio lo que pedían, les dió lo que necesitaban. Una verdadera libertad.

Nunca podrás ser verdaderamente libre si primero no eres libre por dentro.

Es muy interesante que el pasaje de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén empieza con un pedido muy específico. Jesús les pidió a dos de sus discípulos lo siguiente: “Vayan a esa aldea cercana, desaten un burrito y tráiganmelo”. Jesús tenía un plan con el burrito. Jesús quería usar a este burrito; sin embargo, no podía usar al burrito mientras estaba atado.

Jesús tiene planes para ti, pero, esos planes no se pueden cumplir mientras estás atado.

Cuando estás atado no puedes avanzar.

Cuando estás atado no puedes progresar.

Cuando estás atado no puedes prosperar.

Cuanto estás atado permaneces en el mismo lugar.

Cuando estás atado el tiempo avanza, pero tú no avanzas.

Jesús, además anticipa la posibilidad de que alguien tenga un problema con que los discípulos se lleven el burrito. Y les dice: Si alguien pregunta, díganle “el Maestro lo necesita”.

Hay personas que tienen un problema con que el burrito sea desatado, porque mientras el burrito está atado lo pueden controlar. No importa a qué estás atado, ni cuánto tiempo has estado atado, la Biblia dice: “Si el Hijo los libera, serán libres de verdad”.

¿Cómo ser libres de verdad?

La libertad sucede en el momento en que la Palabra de Dios se encuentra con la obediencia del hombre.

Jesús dio la palabra: “Vayan y desaten al burrito”; los discípulos fueron, obedecieron la palabra y trajeron al burrito. Si la palabra de Jesús no se encontraba con la obediencia de los discípulos el burrito seguiría atado.

No es suficiente creer en la palabra, si queremos vivir en libertad necesitamos obedecer la palabra.

Generalmente un cristiano sigue atado en aquellas áreas donde no está aplicando la palabra.

Por ejemplo: un cristiano que está atado al rencor es porque no está aplicando el perdón (Mateo 6:14).

La palabra sin aplicación produce desilusión.

La palabra con aplicación produce liberación.

Oración: ¡Hosanna! Señor líbrame. Desátame, hazme libre del temor, del dolor, del desanimo y de la angustia.