La presencia de DiosMuestra

Escucha su voz "Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años" (Hebreos 3:7-9). El pueblo de Israel, salido de Egipto, anduvo en el desierto durante cuarenta años, un recorrido que pudo haber durado solo unas semanas. A pesar de que Dios les estuvo demostrando su poder, su Señorío, su bondad durante todo ese tiempo su corazón se endurecía porque no vieron sus obras: el maná, las codornices, atravesar por el mar rojo en seco, sus vestidos no se envejecieron. Había otros anhelos en su corazón, por lo cual no le creyeron. Hebreos 3:19 dice que no pudieron entrar en su reposo: "Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad". La incredulidad, te sumirá en un círculo vicioso en el cual no quieres entrar: más esfuerzo, más obras, tus propios méritos. Por tanto, escucha hoy la voz de Dios, su Espíritu Santo, cuando él dice: "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré" (He 13:5). Es tiempo de hacer una pausa, creerle a Dios, medita en todo lo que ya ha hecho en tu vida, lo que has recibido y experimenta el contentamiento para entrar en el reposo de Dios. Oración Por el cese de nuestra obra, creerle a Dios y experimentar contentamiento por todo lo que ya ha hecho, y entrar en su reposo.