Gozo por el viaje: Encontrando esperanza en medio de la pruebaMuestra

Cada vez que viajo, encuentro algunos desvíos y obstáculos en el camino. Los vuelos se retrasan, los autos de alquiler no están listos, el tiempo provoca contratiempos, las obras demoran el tráfico, todos los semáforos se ponen en rojo... la lista sigue y sigue. Puedo sentirme ansiosa, frustrada o cansada, pero siempre salgo adelante y no dejo que esos obstáculos me impidan ir a donde necesito ir.

Nuestro viaje con nuestros seres queridos es el mismo. Si bien no podemos determinar qué desvíos pueden estar por delante, podemos decidir cómo responder.

No tenemos control sobre el viaje de nuestro ser querido, no importa cuánto lo intentemos, no importa cuánto lo analicemos, no importa cuántas veces le roguemos, no importa a cuántos centros de apoyo contactemos. Su viaje es el suyo.

Lo digo por experiencia. Intenté tener el control del viaje de mi esposo, pero eso me hizo enojarme más y sentirme más molesta. Supliqué, rogué, amenacé, grité, di el trato silencioso… lo que sea, lo intenté. Al final, yo lo deseaba más que mi esposo, lo que me llevó por caminos de resentimiento, ira, ansiedad, miedo, amargura, frustración y desesperanza.

Solo quería recuperar a mi familia. Quería que mi esposo regresara. Quería paz. Quería tener esperanza.

Quería gozo.

Pero aprendí que el único viaje sobre el que tengo el control es el mío. Soy digna de encontrar paz, esperanza y gozo sin importar cómo sea el viaje de los demás, incluyendo el de mi esposo. Puedo elegir cuidar de mí misma. Puedo elegir quedarme en mi camino de recuperación.

También debo recordar que Dios está conmigo durante cada desvío y tropiezo en el camino. Él ya conoce estos obstáculos que estoy enfrentando. Necesito recordar que estos son parte de su plan, parte del cuadro más amplio y parte de su propósito.

Puedo tomar la decisión de confiar en Dios y confiar en el gozo.