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¡Qué La Fuerza Te Acompañe!Muestra

¡Qué La Fuerza Te Acompañe!

DÍA 4 DE 4

Pero llega el momento maravilloso, Jueces 16:28. Entonces Sansón oró al SEÑOR: «Oh mi SEÑOR y Dios, acuérdate de mí. Oh Dios, te ruego que me fortalezcas solo una vez más».

Lo hermoso de la historia es que nosotros sabemos que, por el sacrificio de Jesús, Él nunca nos va a dejar y nunca nos va a abandonar. Pero, muchas veces, a pesar de que Él está con nosotros, vivimos como si no estuviera. Y claro, entra el desánimo. Y claro, entra la desesperanza. Y claro, pareciera que no tenemos fuerzas. Pero, Dios no nos ha abandonado y no nos va a abandonar. En este momento estamos hablando de un hombre del Antiguo Testamento, y a él sí le tocó.

¿Qué recordó Sansón? Yo sé quién es mi fuerza, Señor, una vez más, fortaléceme Señor. Perdóname, Tú eres mi fuerza. Perdóname, miré el lugar que no era. Perdóname, me desubicé. Perdóname, porque me dejé dominar por esto. ¡Perdóname, Señor! Se humilló, se arrepintió, volvió a poner la relación con Dios primero y a Dios por encima de todo.

A Sansón le tocó recordar que Él (Dios) era su fuerza. La pregunta es: ¿Qué nos toca hoy recordar? ¿A quién le estamos dando ese lugar? Dios nos dice que está con nosotros, que nos ama, que lo que Él comenzó, Él es fiel en terminarlo. Cuántas promesas te ha dado Dios en tu vida. Cuántas áreas donde hoy te sientes a punto de dar a luz y no ves nada. Pero, sabes que Dios te ha hablado sobre eso, que te ha dado promesas sobre eso.

En Isaías 50:2 dice Dios: “Me falta acaso fuerza para salvarlos”. ¿Estamos pensando así? ¿Estamos viendo así nuestras circunstancias? ¿Estamos viendo así nuestra situación? Estamos pensando que a Dios le falta fuerza. Porque en Isaías 30:15 dice: “Porque así dice el SEÑOR y Dios, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer!».

Este es un tiempo de confiar, de aprender a confiar, de volver a confiar, decirle: <<Señor, ayúdame, porque tal vez me siento sin fuerzas, porque no estoy confiando, porque me está costando confiar en ti>>. Yo le pido a Dios, como empieza este devocional: ¡Qué la fuerza esté contigo! Que puedas ver, reconocer, creer y caminar en la verdad que dice: <<Él Es Nuestra fuerza y Él está contigo y está conmigo>>.

Por Natalia Montenegro y equipo de TopCristianos

EnTopCristianos esperamos que este plan devocional haya sido de bendición para tu vida, queremos que sepas que alrededor del mundo hay un grupo de personas orando por ti y por tu crecimiento espiritual porque creemos que ¡Eres una bendición!

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Día 3

Acerca de este Plan

¡Qué La Fuerza Te Acompañe!

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