La esperanza de la PascuaMuestra

La oración del barrendero

Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí (Juan 14:6).

Cuando Raza vio a un hombre barriendo su calle, sintió lástima por él y le dio algo de dinero. El hombre le dio las gracias y le preguntó si podía orar por él.

Sorprendido, Raza se preguntó cómo responder, aunque se sentía en conflicto, pero quería hacer feliz al hombre. Consintió y el barrendero oró, dando gracias por el dinero y por Raza, diciendo: «Dios, por favor, muéstrale el camino, la verdad y la vida».

A Raza le extrañó la oración, pero se olvidó de ella. Sin embargo, seis años después, «Dios cambió mi vida», dijo, cuando conoció a Jesús como su Salvador. De repente, comprendió que Dios había respondido a la oración del barrendero, porque Raza había encontrado en Jesús el camino, la verdad y la vida.

La noche antes de morir, Jesús les dijo a sus amigos: «Y ustedes conocen el camino que lleva a donde voy» (JUAN 14:4). Tomás preguntó cómo podían saber el camino si no sabían a dónde iba.

Jesús respondió: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí» (v. 6). Les aseguró que, si le conocían a Él, conocerían también al Padre (v. 7).

Jesús derriba las barreras y nos lleva a la presencia de su Padre. Él es el camino hacia una vida plena; Él es la verdad que nos hace libres; Él nos da vida, amor y esperanza.

Amy Boucher Pye

¿Cómo podría Dios inspirarte a orar por otros, quizás incluso por un extraño en la calle? ¿Cómo has visto a Dios responder a las oraciones de alguien por ti?

Querido Jesús, tú eres el camino, la verdad y la vida. Gracias por llevarme al Padre por obra del Espíritu Santo.