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Integridad Del Corazón: Venciendo La Hipocresía Con La Verdad

Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="chapter ch5" data-usfm="JHN.5.1+JHN.5.2+JHN.5.3+JHN.5.4+JHN.5.5+JHN.5.6+JHN.5.7+JHN.5.8+JHN.5.9+JHN.5.10+JHN.5.11+JHN.5.12+JHN.5.13+JHN.5.14+JHN.5.15+JHN.5.16+JHN.5.17+JHN.5.18+JHN.5.19+JHN.5.20+JHN.5.21+JHN.5.22+JHN.5.23+JHN.5.24+JHN.5.25+JHN.5.26+JHN.5.27+JHN.5.28+JHN.5.29+JHN.5.30+JHN.5.31+JHN.5.32+JHN.5.33+JHN.5.34+JHN.5.35+JHN.5.36+JHN.5.37+JHN.5.38+JHN.5.39+JHN.5.40+JHN.5.41+JHN.5.42+JHN.5.43+JHN.5.44+JHN.5.45+JHN.5.46+JHN.5.47">
 <div class="p">1Despu&#233;s de estas cosas hab&#237;a una fiesta de los jud&#237;os, y subi&#243; Jes&#250;s a Jerusal&#233;n.</div><div class="p"> 2Y hay en Jerusal&#233;n, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco p&#243;rticos. 3En estos yac&#237;a una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paral&#237;ticos, que esperaban el movimiento del agua. 4Porque un &#225;ngel descend&#237;a de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descend&#237;a al estanque despu&#233;s del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5Y hab&#237;a all&#237; un hombre que hac&#237;a treinta y ocho a&#241;os que estaba enfermo. 6Cuando Jes&#250;s lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo as&#237;, le dijo: &#191;Quieres ser sano? 7Se&#241;or, le respondi&#243; el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8Jes&#250;s le dijo: Lev&#225;ntate, toma tu lecho, y anda. 9Y al instante aquel hombre fue sanado, y tom&#243; su lecho, y anduvo. Y era d&#237;a de reposo#5.9 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. aquel d&#237;a.</div><div class="p"> 10Entonces los jud&#237;os dijeron a aquel que hab&#237;a sido sanado: Es d&#237;a de reposo;#5.10 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. no te es l&#237;cito llevar tu lecho.#Neh. 13.19; Jer. 17.21. 11&#201;l les respondi&#243;: El que me san&#243;, &#233;l mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12Entonces le preguntaron: &#191;Qui&#233;n es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? 13Y el que hab&#237;a sido sanado no sab&#237;a qui&#233;n fuese, porque Jes&#250;s se hab&#237;a apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14Despu&#233;s le hall&#243; Jes&#250;s en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques m&#225;s, para que no te venga alguna cosa peor. 15El hombre se fue, y dio aviso a los jud&#237;os, que Jes&#250;s era el que le hab&#237;a sanado. 16Y por esta causa los jud&#237;os persegu&#237;an a Jes&#250;s, y procuraban matarle, porque hac&#237;a estas cosas en el d&#237;a de reposo.#5.16 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 17Y Jes&#250;s les respondi&#243;: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18Por esto los jud&#237;os a&#250;n m&#225;s procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el d&#237;a de reposo,#5.18 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. sino que tambi&#233;n dec&#237;a que Dios era su propio Padre, haci&#233;ndose igual a Dios.</div><div class="s">La autoridad del Hijo</div><div class="p"> 19Respondi&#243; entonces Jes&#250;s, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por s&#237; mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, tambi&#233;n lo hace el Hijo igualmente. 20Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que &#233;l hace; y mayores obras que estas le mostrar&#225;, de modo que vosotros os maravill&#233;is. 21Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, as&#237; tambi&#233;n el Hijo a los que quiere da vida. 22Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envi&#243;.</div><div class="p"> 24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envi&#243;, tiene vida eterna; y no vendr&#225; a condenaci&#243;n, mas ha pasado de muerte a vida. 25De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oir&#225;n la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivir&#225;n. 26Porque como el Padre tiene vida en s&#237; mismo, as&#237; tambi&#233;n ha dado al Hijo el tener vida en s&#237; mismo; 27y tambi&#233;n le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. 28No os maravill&#233;is de esto; porque vendr&#225; hora cuando todos los que est&#225;n en los sepulcros oir&#225;n su voz; 29y los que hicieron lo bueno, saldr&#225;n a resurrecci&#243;n de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci&#243;n de condenaci&#243;n.#Dn. 12.2.</div><div class="s">Testigos de Cristo</div><div class="p"> 30No puedo yo hacer nada por m&#237; mismo; seg&#250;n oigo, as&#237; juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envi&#243;, la del Padre. 31Si yo doy testimonio acerca de m&#237; mismo, mi testimonio no es verdadero. 32Otro es el que da testimonio acerca de m&#237;, y s&#233; que el testimonio que da de m&#237; es verdadero. 33Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y &#233;l dio testimonio de la verdad.#Jn. 1.19-27; 3.27-30. 34Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros se&#225;is salvos. 35&#201;l era antorcha que ard&#237;a y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 36Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de m&#237;, que el Padre me ha enviado. 37Tambi&#233;n el Padre que me envi&#243; ha dado testimonio de m&#237;.#Mt. 3.17; Mr. 1.11; Lc. 3.22. Nunca hab&#233;is o&#237;do su voz, ni hab&#233;is visto su aspecto, 38ni ten&#233;is su palabra morando en vosotros; porque a quien &#233;l envi&#243;, vosotros no cre&#233;is. 39Escudri&#241;ad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas ten&#233;is la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de m&#237;; 40y no quer&#233;is venir a m&#237; para que teng&#225;is vida. 41Gloria de los hombres no recibo. 42Mas yo os conozco, que no ten&#233;is amor de Dios en vosotros. 43Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recib&#237;s; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibir&#233;is. 44&#191;C&#243;mo pod&#233;is vosotros creer, pues recib&#237;s gloria los unos de los otros, y no busc&#225;is la gloria que viene del Dios &#250;nico? 45No pens&#233;is que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Mois&#233;s, en quien ten&#233;is vuestra esperanza. 46Porque si creyeseis a Mois&#233;s, me creer&#237;ais a m&#237;, porque de m&#237; escribi&#243; &#233;l. 47Pero si no cre&#233;is a sus escritos, &#191;c&#243;mo creer&#233;is a mis palabras?</div>
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El paralítico y la autoridad de Jesús

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