Enfrentando El Día MaloMuestra

Hay una realidad innegable: todos los seres humanos pasaremos en algún momento de nuestras vidas por lo que la Biblia llama “El día malo”.

El día malo es mencionado en la Biblia y se refiere a ese día oscuro que, en ocasiones, marca un antes y un después en nuestras vidas. El día malo puede ser ese divorcio inminente, el descubrimiento de una infidelidad, un diagnóstico médico negativo, la pérdida de un ser querido, la quiebra de una empresa o un embarazo no planificado. El día malo puede ser hijos jóvenes perdidos en las adicciones. También puede ser ese ascenso profesional que nunca llega o esa carrera universitaria que pareciera no avanzar. Todas estas situaciones son sinónimos de día malo y son temporadas donde el enemigo de nuestras almas, el diablo, intentará ponernos los peores pensamientos posibles para que nuestra fe y esperanza se debiliten y en lo posible mueran.

Ahora bien, es notorio que las prédicas o sermones más buscados en las redes sociales son de temas relacionados con el éxito, la prosperidad y la autorrealización personal o la motivación, entre otros. Y no está mal, hay suficiente escritura respaldando estos tópicos. Sin embargo, son pocos y contados aquellos que buscan información sobre tiempos de adversidad o “Día malo”. Quizá en parte, esto se debe a que nuestra misma humanidad evita hablar maduramente del dolor. Pero la verdad es que la Biblia nos habla de este tiempo, y nos exhorta a prepararnos, tomando toda la armadura de Dios. Nos insta a permanecer firmes aun después que haya pasado toda adversidad. La realidad en que vivimos nos habla más fuerte de lo que en verdad queremos oír sobre esto.

Tan cierto es esto, que el Señor mismo nos advirtió que habría aflicción y dolor en el mundo.

Pero más cierto aún, es que a través de la FE tenemos un lugar firme, donde pararnos confiadamente: su victoria y triunfo sobre el mundo.

Tenemos que dar por hecha una cosa: el día malo en algún momento llegará, la pregunta que cada uno de nosotros tiene que hacerse es la siguiente: ¿Estoy preparado para el día malo en mi vida? ¿Tengo listos y a mi favor los recursos del cielo para enfrentarlo? Descubrámoslo junto a las Escrituras, hoy y en los siguientes días de este plan de lectura.