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Vencer el pecado habitualMuestra

Vencer el pecado habitual

DÍA 2 DE 3

Por qué hacemos lo que no queremos hacer

Los icebergs pueden servir como buenas metáforas de la complejidad del pecado habitual y los comportamientos no deseados. Por lo general, solo se ve una fracción de la masa real de un iceberg cuando se mira en la superficie, pero cuando se mira debajo, es probable que se vea algo muchas veces más grande que la masa que es visible sobre el agua. Algo similar sucede con nuestro pecado habitual y los comportamientos no deseados. Lo que parece nada más que una adicción a la pornografía, una relación poco saludable con la comida o una mentalidad equivocada es en realidad solo «la punta del iceberg». Debajo de cada pecado y comportamiento no deseado hay un deseo más profundo que espera ser satisfecho.

Nuestros comportamientos no deseados no son aleatorios: son señales que deben ser respondidas. Apuntan a deseos más profundos que necesitan ser satisfechos. Lo que Satanás hace es usar nuestros anhelos y deseos legítimos como oportunidades para llevarnos al pecado. En Mateo 4 leemos acerca de la vez que Satanás tentó a Jesús en el desierto. Jesús había estado ayunando durante cuarenta días y cuarenta noches, y Mateo nos dice que tenía hambre. El enemigo usó el hambre natural de Jesús como una oportunidad para la tentación. Por supuesto, Jesús resistió contra los planes del diablo y, a través de su ejemplo, podemos ver cómo el enemigo usa las necesidades y los deseos para tentarnos. También vemos que hay una manera de resistir estas tentaciones cuando llegan.

Tal vez nunca hayas notado la conexión entre tus deseos insatisfechos y tus comportamientos no deseados. Quizá ahora estés empezando a ver que recurres a la pornografía para encontrar seudoaceptación o amor cuando te sientes rechazado o inadecuado. Es probable que estés comenzando a notar que haces cosas para ser aprobado por los demás cuando te sientes no deseado o desconocido. Arraigados en ti están los deseos buenos y correctos, como el deseo de ser amado o de sentirte conocido. Muchos de nosotros hemos sido heridos por otros en el pasado, lo que nos ha llevado a que nuestros deseos y anhelos profundos no sean satisfechos. El pecado distorsiona esos deseos y nos ofrece soluciones falsas para satisfacerlos. La única manera en que los deseos que Dios te ha dado puedan ser verdaderamente satisfechos es a través de Dios y de relaciones sanas con los demás. Afortunadamente, Él nos ha dado a Su Hijo, Su Espíritu y Su Palabra con el fin de guiarnos y darnos poder para andar el camino de la vida, la realización y las relaciones.

Para ayudarte a discernir los deseos insatisfechos que subyacen a tu pecado habitual, hazte estas preguntas: (1) ¿Con qué pecado habitual o comportamiento no deseado estoy luchando? (2) ¿Qué deseos insatisfechos me llevan a este pecado o comportamiento? (3) ¿Cuál es una forma en que hoy puedo experimentar la plenitud a través de mi relación con Dios y los demás?

Pensamiento del día: Hay algo debajo de la superficie de mi pecado habitual. Hoy, examinaré mi corazón y mis deseos y los someteré a Dios. Buscaré Su voluntad y Su camino a la vida, y sé que en Él estaré verdaderamente satisfecho.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Vencer el pecado habitual

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Plan proporcionado por Ben Bennett y Resolution Movement. Resolution Movement ayuda a la gente a vencer heridas y luchas mediante la verdad bíblica y la neurociencia para que puedan florecer. Para más información, por favor, visita: http://resolutionmovement.org/.

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