La Creatividad Como Un Regalo De DiosMuestra

Un aspecto íntimamente ligado a la creación de Dios es que fue hecha con propósito. “Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creo en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro” (Is. 45:18).

El Nuevo Testamento también nos dice acerca del Hijo de Dios: “Todas las cosas por él fueron hechas por él y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho” (Jn. 1:3); “…todo fue creado por medio de él y para él (Col. 1:16). Y “[Dios] en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el Universo” (He. 1:2).

De estos pasajes podemos concluir que Dios es el Creador y el Hijo es la persona de la Deidad por quien todo el universo fue creado. “Desde los días de su juventud” el ser humano es exhortado a acordarse de su Creador (Ec. 12:1) Los argumentos de Dios para pedir al hombre (y a la mujer) que lo reconozcan y amen son contundentes, por más que nos cueste admitirlo:

1)“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa (Ro 1: 20)”.

2)Dios se ha dado a conocer a los hombres por medio de su Hijo. “El que me ha visto ha visto al Padre” (Jn. 14.9).

Mientras que el mundo gentil es acusado de servir a las criaturas en lugar de al Creador (Ro 1: 25), los hijos de Dios, agradecidos con su Creador son invitados, como lo expresa el salmista, a adorarlo: “Venid, adoremos y postrémonos; arrodillemos delante de Jehová, nuestro Hacedor” (Sal 95:6). Por otra parte, se advierte al impío: “Ay del que pleitea con su Hacedor” (Is. 45:9).

Al ser creados a Su Imagen, conforme a Su semejanza, la primera pareja de seres humanos, Adán y Eva, reciben unas habilidades de su Hacedor. Dios los bendijo y les asignó responsabilidades como mayordomos de Su creación, que incluían ser fructíferos, multiplicarse, llenar la tierra, sojuzgarla y señorear sobre ella (Gn. 1.28). Después de formar a Adán del polvo de la tierra y soplar sobre él aliento de vida (y antes de formar a su mujer de su costilla y presentársela para que se uniera a ella y fueran uno), Dios trajo a Adán toda bestia del campo y toda ave de los cielos para que viese cómo las había de llamar” (Gn. 2: 16). De este modo, el Creador revela Su deseo de desarrollar el talento creativo del ser humano.

Si bien la desobediencia de Adán y Eva en Edén marca un antes y un después en la relación de Dios (así como la entrada del pecado y la muerte en la primera pareja y su descendencia), hemos sido dotados con un potencial creativo, según el propósito que el Creador tiene con cada uno (Sal. 138:8) Este salmo nos recuerda también el protagonismo de Dios en cada historia individual y su compromiso firme de cumplir su propósito en todo el que se rinde a él.

En los días que quedan de este devocional exploraremos cómo el Espíritu de Dios activa esa creatividad y habilidades naturales para ponerlas al servicio del cuerpo de Cristo.