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División y Desviación - El Plan de Satanás por Bryan Craig

Escritura: "Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que nos ha sido señalada. Fijemos nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, el cual por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando su vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:1-2).

Pensamiento: Dios ha señalado la carrera para nosotros. Él nos tiene en una pista para Sus propósitos. Al igual que los héroes de la fe enumerados en Hebreos 11, nuestra vida de fe es muy importante. Satanás tratará de obstaculizar nuestra carrera con distracciones, y también tratará de involucrarnos en el pecado que nos sacaría de la carrera.

Debemos mirar hacia la línea de meta y ver a Jesús esperándonos con los brazos abiertos. Él nos creó y nos llamó a nuestro propósito, por lo que debemos mantenernos conectados a la Vid y Su vida se derramará en la nuestra. Jesús evitará que perdamos el enfoque y nos desviemos del objetivo.

Aplicación: ¿Entendemos quiénes somos en Cristo, ¿cómo Él nos ha dotado a través de Su Espíritu y la misión a la que nos ha llamado? Escribamos las respuestas a estas preguntas en nuestros diarios.

¿Vemos algún obstáculo en nuestra vida que nos aleje de los planes de Dios? ¿Vemos algún pecado enredando nuestras vidas? Pídele al Espíritu Santo que examine nuestras vidas y haga brillar Su luz sobre las áreas oscuras que necesitan ser expuestas. Escribe en un diario lo que ves.

Respuesta: Escribamos una oración de confesión por cualquier pecado u obstáculo que hayamos permitido que impida nuestra carrera, pidiendo perdón cuando sea necesario.

Escribamos lo que creemos que es la visión de Dios para nuestra vida. No tiene que ser grandiosa, pero Dios tiene un propósito para todos nosotros. Si no lo entendemos, tenemos que buscarlo hasta que lo descubramos.

Escribamos una oración de rededicación a la voluntad de Dios para nuestras vidas y nuestros ministerios.