Gen JMuestra

¿CÓMO PELEAS TUS BATALLAS?

Personalmente me gustan mucho las películas o series de televisión épicas, donde se entremezclan batallas y dramas biográficos de sus protagonistas. Y no existe una guerra declarada sin una estrategia de por medio y un ejercito con armas preparado para la batalla. El proceso de conquista de la tierra prometida no fue diferente a excepción de una sola cosa: la estrategia y las armas del pueblo de Israel fueron de una naturaleza totalmente diferente a la de los pueblos cananeos.

Si prestaste atención en la estrategia de la batalla de Jericó, el número siete es clave en el relato. Fueron siete sacerdotes, siete bocinas, siete vueltas al rededor de la ciudad fortificada de Jericó durante siete días. En el lenguaje bíblico, el número siete es sinónimo de perfección. La estrategia dada por Dios a Josué fue perfecta pero requería: (1) fe, creyendo en el plan de batalla aunque fuera un tanto extraño; (2) paciencia, a pesar de que pasaran los días y no sucediera nada; (3) valor, a pesar del peligro de sufrir un ataque sin la posibilidad de reaccionar al mismo y (4) obediencia, siguiendo el plan con exactitud.

Durante todo el libro de Josué, encuentras a Dios diciéndole a su pueblo que Él ya les había dado la victoria aún antes de pelear. Esto fue posible por tres razones:

1. Obediencia a la Palabra de Dios. Es tan determinante la obediencia irrestricta a la Palabra de Dios que la única vez que Josué experimentó la derrota fue a razón de la desobediencia de un hombre llamado Acán perteneciente a la tribu de Judá quién decidió quedarse con parte del botín de guerra cuando Dios había ordenado no hacerlo.
2. La prioridad de la Presencia manifiesta de Dios simbolizada a través del Arca del Pacto. El arca del pacto o de la alianza era el símbolo visible de la presencia de Dios en la tierra. Sólo en el relato del paso milagroso del río Jordán (Jos. 3), de los diecisiete versículos, nueve veces aparece, literalmente, mencionada la figura del arca del pacto. ¿Por qué? Esto para dejar en evidencia que sin la presencia manifiesta de Dios le hubiese sido imposible a la generación de Josué cruzar el Jordán (límite natural que impedía la conquista de Canaán). Hoy, la Presencia de Dios no se reduce a un lugar en especifico sino mas bien la Palabra nos enseña que tú y yo somos morada del Espíritu Santo, ¿qué puedes hacer para experimentar aún más Su presencia en tu vida trayendo dirección y protección?
3. La alabanza representada en el silencio, el sonido de las bocinas y los gritos de guerra. Es indudable la importancia de la alabanza como arma de guerra espiritual en el relato de la toma de Jericó (Jos. 6). Cuando cantas en medio de la dificultad declarando el señorío de Cristo o bondad de Dios es un verdadero misil para el reino de las tinieblas.

No hay otra forma de ganar las batallas que libramos a diario sino es a través de la obediencia irrestricta de la Palabra de Dios, la búsqueda prioritaria de la presencia manifiesta de Dios y la disciplina de la alabanza. Aún el esfuerzo y la valentía exigida a la generación de Josué no surgen de la autodeterminación sino más bien responden a la consciencia de la Presencia de Dios prometida a Josué.

Ejercicio: Aparta este u otro día para ayunar. Esto significa que, voluntariamente, decidirás privarte de comer por un día para orar y tomar mayor conciencia de la Presencia de Dios en tu vida. Mientras oras puedes cantar tu alabanza preferida o puedes realizar cualquier otra expresión de adoración según más te acomode (danzar, escribir, pintar, etc.).