21 Días Oración y Ayuno "Vivir en el Llamado"Muestra

APRENDER DE LAS GENERACIONES ANTERIORES

A menudo escucho a personas mayores decir: "Escúchanos porque hemos probado más altibajos de la vida". – Hay verdad en esta afirmación. Aprender de la generación que nos precedió, darles un espacio para que hablen a nuestras vidas y valorar sus pasos es una buena práctica, como se ejemplifica en la Biblia (Abraham – Isaac – Jacob en el Antiguo Testamento, o Loida – Eunice – Timoteo en el Nuevo Testamento).

Es importante apreciar la fe y dedicación de la generación anterior a nosotros, y aprender de ellos puede proporcionarnos:
1. Fundamento de fe: Como ejemplificaron Loida y Eunice, podemos aprender de la sinceridad y perseverancia de la fe de la generación anterior. Cómo construyeron una fe sólida a lo largo de su viaje por la vida puede inspirarnos a desarrollar nuestra fe.
2. Herencia espiritual: Una de las herencias más grandes que podemos recibir es una herencia espiritual de la generación anterior. Esto incluye los valores de aferrarse a las verdades de la Palabra, el compromiso de amar a la iglesia, servir a las personas, leer la Palabra y la oración, la perseverancia en el servicio y las experiencias personales de la bondad de Dios.

Durante este tiempo de oración y ayuno, aprovecha la oportunidad para reunirte con aquellos que son mayores que tú y discutir estos asuntos:
1. Pregunta acerca de su viaje de vida y su camino de fe con Dios.
2. ¿Qué valores, principios y aspectos significativos han mantenido en su camino de fe y cómo se pueden aplicar en tu vida hoy?
3. Demuestra tu aprecio de formas prácticas por su dedicación a tu vida (elogios, compartir una comida, pequeños regalos que muestren tu cuidado y gratitud, etc.).

Respetar a nuestros mayores no es solo honrar el tiempo que han vivido, sino también valorar las experiencias y la sabiduría que han reunido a lo largo de su viaje por la vida.


ORACIÓN
Buen Padre, gracias por los líderes, mentores, padres y hermanos espirituales que has enviado a mi vida. Gracias por cada enseñanza, ejemplo de vida y herencia de fe que puedo ver y que me ha influido hasta hoy. Que tu bendición, paz, sabiduría y fuerza siempre estén con ellos. En el nombre de Jesús. Amén.