La Biblia Con Nicky y Pippa Gumbel 2024Muestra

Cómo te habla Dios

Fyodor era un joven descontrolado. Su vida consistía en comer, beber, hablar, la música, el teatro y la compañía de las mujeres. Soñaba con la fama y se involucró en un movimiento para la reforma política y social en Rusia durante el represivo reinado del zar Nicolás I. Fue arrestado, juzgado e inicialmente condenado para ser ejecutado. En una mañana muy fría, los prisioneros fueron sacados de las celdas para ser fusilados. Los guardias de la prisión empuñaron sus fusiles y apuntaron. En el último momento, se levantó una bandera blanca para anunciar que el zar había conmutado su sentencia por la cadena perpetua en Siberia. Cuando a los 28 años de edad llegó a Siberia en la noche de Navidad de 1849, dos mujeres le a escondidas un Nuevo Testamento. Cuando el guardia se dio la vuelta por un instante, le sugirieron que escrutara sus páginas meticulosamente y así lo hizo. Durante el tiempo en prisión Fyodor Dostoyevsky, el gran novelista ruso, leyó el Nuevo Testamento de cabo a rabo y se aprendió gran parte del mismo de memoria. Escribió: «Creo que no hay nadie más amoroso, profundo, solidario y perfecto que Jesús. Me digo a mi mismo con un amor celoso, que no solo no hay nadie como él, sino que nunca podrá haber nadie como él». Encontró a Cristo por medio de la Biblia. El apóstol Pablo describe toda Escritura como «*inspirada por Dios*» (2 Timoteo 3:16). La Biblia no solo está inspirada en el sentido que se puede decir que los artistas, poetas, compositores y músicos están inspirados. De hecho, tiene el aliento de Dios —Su Espíritu— en ella. La Biblia es una de las maneras principales en las que Dios te habla.

Salmos 119:89-96

1. Disfruta la lectura de la Biblia

Voltaire, el filósofo y crítico de la cristiandad del s. XVIII, declaró: «Dentro de cien años la Biblia estará obsoleta y fuera de la circulación». Cien años más tarde, la Biblia era más popular que nunca. Su propia casa de París, ¡fue convertida en una fábrica de Biblias que producía muchísimas Biblias por hora a toda máquina! Cuando escuchemos atacar la Biblia, es bueno recordar que los ataques no son nada nuevo.

La Palabra de Dios es «eterna» (v.90). A pesar de todos los ataques sufridos, la Biblia ha sobrevivido. «Tu palabra, Señor, es eterna, y está firme en los cielos. Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y quedó firme» (vv.89-90).

La Biblia es un deleite. El salmista describe las Escrituras que ha leído como «mi delicia» (v.92,RVA-2015).

Es muy apropiado que este salmo, el cual es el más largo de todos, trate exclusivamente de las Escrituras.

Cuando estés sufriendo ataques, medita la palabra de Dios: «Los impíos me acechan para destruirme, pero yo me esfuerzo por entender tus estatutos. He visto que aun la perfección tiene sus límites; ¡solo tus mandamientos son infinitos!» (vv.95-96). Los mandamientos de Dios están para protegerte y recordarte que la palabra de Dios te librará de todo daño: «Jamás me olvidaré de tus preceptos, pues con ellos me has dado vida» (v.93).

Señor, ayúdame cada día a meditar en Tus palabras eternas y encontrar deleite en la lectura de la Biblia.

2 Timoteo 3:1-17

2. Busca a Jesús al leerla

Toda la Biblia consiste en Jesús: «Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús» (v.15).

Pablo escribía a una sociedad que no era muy distinta de la nuestra, y les decía: «Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios» (vv.1-4). Pablo los describe como gente que «aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad» (v.5).

Con esto describe tanto un mundo secular de gente nominalmente amable que tiene una apariencia de piedad pero que niegan su poder —si a la gente se le pregunta, dicen que son cristianos—, como a algunos que se esfuerzan mucho en oponerse a la verdad (v.8).

Tú estás llamado a ser diferente; la presión del mundo es muy fuerte, y Pablo escribe: «Pero tú…» (v.14). Señala a sus enseñanzas, su estilo de vida, su propósito, fe, paciencia, amor, perseverancia, persecuciones y sufrimientos (vv.10-11). Advierte de que «así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús» (v.12). Que no te sorprenda la oposición; mantente firme como la roca en las «Sagradas Escrituras» (v.15).

Algunos libros informan e incluso reforman; la Biblia transforma. Un hombre se quejó a su pastor de que no leía la Biblia porque esta interfería con su trabajo. Cuando le preguntó cuál era su trabajo, respondió: «¡Soy ladrón!». La Biblia no se dio para que simplemente aumentaras tu conocimiento. Te fue dada para cambiar tu vida.

El propósito de la Biblia es dirigirte a Cristo. Las Escrituras pueden «darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús» (v.15). Jesús dijo: «las Escrituras \[…\] dan testimonio en mi favor» (Juan 5:39). Como explicó Martín Lutero, el gran reformador: «La Biblia es la cuna en la que Jesús se encuentra \[...\] cada una de sus palabras resuena a Cristo».

Yo, como muchos otros, llegué a la fe en Cristo leyendo la Biblia. Pero por la Biblia no solo viene una fe inicial. Es lo que alimenta continuamente tu crecimiento en la fe porque «toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra» (2 Timoteo 3:16-17). Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, la Escritura está escrita «bajo la inspiración del Espíritu Santo; tiene a Dios como su autor».

La Biblia es nuestra autoridad en todos los asuntos de la vida y la fe. En ella descubres lo que Dios dice (y por tanto lo que deberías creer) acerca del sufrimiento, de Jesús, de la cruz y de todo. También es en la Biblia donde encuentras lo que está mal a los ojos de Dios y cómo puedes vivir una vida recta. Alimentarse de la Biblia es el camino para estar «enteramente capacitado para toda buena obra» (v.17).

Señor, gracias porque me capacitas cada día al estudiar Tus palabras, sopesarlas, meditarlas y escuchar a Tu Espíritu. Oro para que me acerque más y más a Jesús y sea transformado a su semejanza a medida que pase tiempo en su presencia.

Jeremías 50:11-51:14

3. Escucha las palabras de Dios y ponlas en práctica

Todos ponemos nuestra confianza y seguridad en algún lado. La tentación es ponerlas en nuestro dinero, educación, trabajo, salud, familia o amigos. No hay nada de malo en estas cosas, pero en última instancia, solo hay un lugar absolutamente seguro en el cual depositar tu confianza: en el Señor.

A lo largo de los capítulos conclusivos de Jeremías, hemos visto cómo todas las naciones han puesto su confianza y seguridad en cosas que en última instancia no pueden proveerlas. Hoy leemos cómo Babilonia confió en sus ríos y su riqueza: «Habitas junto a muchas aguas y eres rica en tesoros…» (51:13). Jeremias desmantela esas falsas esperanzas una a una.

Una y otra vez, Jeremías llama a sus lectores a escuchar las palabras y las promesas de Dios en vez de las cosas del mundo. Las dos frases que se repiten constantemente son: «Así dice el Señor Todopoderoso» (50:18,33; 51:1), y «afirma el Señor» (50:21,30,40).

Se nos anima a escuchar Sus palabras y a «cumplir con todas mis órdenes» (v.21), así como a «proclamar la buena noticia» (51:10, MSG) como lo traduce The Message. Puedes edificar tu vida sobre las promesas de Su palabra. Debes oír las palabras de Dios y ponerlas en práctica (ver Mateo 7:24-27).

Hay dos grandes cosas que el Señor promete a aquellos que escuchan Sus palabras, ponen su confianza en Él y Sus palabras en práctica.

Primero, Él promete satisfacción. Tu apetito espiritual solo puede ser satisfecho por una relación con Dios (Jeremías 50:19), la cual vino a hacer posible Jesús.

Segundo, promete el perdón completo de tus pecados y la eliminación de tu culpa: «En aquellos días se buscará la iniquidad de Israel, pero ya no se encontrará. En aquel tiempo se buscarán los pecados de Judá, pero ya no se hallarán, porque yo perdonaré a los que deje con vida» (v.20). Lo que Dios prometió a Israel y a Judá fue cumplido por medio de Jesús en la cruz. Por causa de lo que Jesús ha hecho, nadie podrá encontrar pecado ni culpa alguna en ti, por más exhaustiva que sea la búsqueda

Señor, pongo mi confianza en Ti. Ayúdame a escuchar cada día Tus palabras, ponerlas en práctica y encontrar satisfacción en Tu presencia y Tu amor.

Pippa Adds

Pippa añade

2 Timoteo 3:15

«... Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria...».

Es muy importante empezar a leer la Biblia y aprenderla desde la edad más temprana posible. Nunca es demasiado pronto para empezar, aunque al principio, al igual que hizo nuestro nieto, ¡simplemente te comas sus páginas!

References

Notas: Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea. Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790. Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org) Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.