Maternidad plenaMuestra

Mi niño de 2 años nos tiene totalmente cautivados con sus ocurrencias. Una de sus primeras palabras fue "amén".

Le encanta repetir oraciones y, por lo general, quiere que todos oremos en la mesa. Pero uno de estos días, ese momento en el cual agradecemos se volvió caótico. Alguien oró antes que él, y él simplemente se frustró; y en su vocabulario de 2 años, nos comunicó que realmente él quería orar primero.

Así actuamos muchas veces en la maternidad cuando dependemos de nuestras emociones o de las circunstancias. Hay días en los que dejamos que todo fluya, y hay otros en los que hacemos todo con nuestras fuerzas. Y, por supuesto que cometeremos errores, pero no podemos permitirnos que las emociones nos controlen. La Palabra de Dios afirma que no nos ha sido dado ese espíritu, sino el fruto del espíritu que es de dominio propio.

Y aunque podamos tener tips que pueden ayudarnos en momentos de tensión, Dios quiere que ese fruto permanezca en nosotras; y permanecerá si decidimos permanecer en Él.

Oración:

Gracias, Dios, por tu obra en mi vida, porque aún en mis intentos fallidos de controlar mis emociones ellas terminaron controlándome a mí. Pero hoy, Señor, me vuelvo a ti de todo corazón. Decido permanecer en ti, y sé que tu presencia en mi vida dará frutos que te honren. En el nombre de Jesús, amén.