Cómo cultivar una vida de oración constanteMuestra

Tema devocional:

CÓMO CULTIVAR UNA VIDA DE ORACIÓN CONSTANTE

Tema de hoy:

4: "La oración en tiempos de prueba: Refugiarme en la comunión con Dios".

Los tiempos de prueba y dificultades son inevitables en la vida. En medio de estos desafíos la oración se convierte en un refugio seguro para nuestras almas. Cuando enfrentamos situaciones difíciles es natural buscar consuelo y apoyo, y la comunión con Dios a través de la oración nos brinda la fortaleza y la esperanza que necesitamos.

La Biblia nos asegura en Salmo 46:1: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en todos los problemas". En momentos de prueba podemos acudir a Dios con confianza sabiendo que Él está siempre dispuesto a escuchar nuestras súplicas y a extendernos su gracia y misericordia.

La oración en tiempos de prueba no siempre significa que nuestros problemas desaparecerán de inmediato, pero nos ayuda a enfrentarlos con una perspectiva diferente. Al refugiarnos en la comunión con Dios recibimos consuelo y paz en medio de la adversidad. A través de la oración podemos recordarnos a nosotros mismos que no estamos solos, que Dios está con nosotros, que Él tiene el control y que su amor nos sostiene.

Jesús mismo enfrentó momentos de prueba y angustia durante su tiempo en la tierra. En el jardín de Getsemaní, antes de ser crucificado Él se entregó a la oración buscando la fortaleza y la voluntad de Dios en medio del sufrimiento. Lucas 22:42 registra sus palabras: "Padre, líbrame de esta copa, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".

La oración en tiempos de prueba también nos permite rendir nuestras cargas a Dios y confiar en su poder para obrar en nuestras vidas. Recuerda que en 1 Pedro 5:7 se nos alienta que echemos toda nuestra ansiedad sobre Él porque Él tiene cuidado de nosotros.

Hagamos una oración: Señor, hoy me acerco a ti en busca de consuelo y fortaleza en medio de las pruebas que enfrento. Reconozco que Tú eres mi refugio seguro y mi ayuda en momentos de angustia. Te entrego mis preocupaciones y temores, confiando en que Tú cuidas de mí.

Ayúdame a encontrar paz en tu presencia mientras me refugio en la comunión contigo. Que tu amor y gracia me sostengan en medio de la adversidad.

Así como Jesús se entregó a la oración en momentos de prueba, también deseo rendirme a tu voluntad y confiar en tu poder para obrar en mi vida. Que pueda enfrentar cada desafío con una perspectiva de fe y esperanza en Ti.

Gracias Señor, porque siempre estás conmigo incluso en los tiempos difíciles. Permíteme experimentar tu paz que sobrepasa todo entendimiento mientras confío en ti en medio de las pruebas. En el nombre de Jesús. Amén.