Estrellas y ArenaMuestra

Arena parte 1

“Como la arena que está a la orilla del mar…”.

Si has ido a la playa, has visto que literalmente es imposible contar los granos de la arena y es loco pensar que así de innumerable sería la descendencia de Abraham. Si recordamos en los días anteriores, Dios le dice a Abraham que se mueva a la tierra que él le daría, y quizás para llegar esa tierra tuvo que atravesar desiertos, y una característica de los desiertos es que, así como la playa, tienen arena.

Muchas veces nos toca pasar desiertos, y son momentos en el cual nuestro corazón puede ser probado, pero créeme, cada desierto tiene un propósito, aun cuando no entendemos por qué estamos atravesando ese desierto.

El pueblo de Israel estuvo en el desierto cuarenta años para llegar a la tierra prometida. Pero, ellos vivieron todos esos años en murmura y queja, porque quitaron su mirada de Dios y la pusieron en la duda, dejaron que sus corazones se llenaran de incertidumbre. Y es que, si recordamos, la duda muchas veces llega a nuestra mente y hace que nos desenfoquemos del propósito de Dios. Literalmente, el pueblo de Israel estaba rodeado de arena, y suena loco, pero todos los días con solo ver la arena, Dios les recordaba la promesa. Sin embargo, ellos se enfocaron tanto en lo que les faltaba, que nunca se tomaron el tiempo de ver ese recordatorio de Dios y darse cuenta que ellos eran la promesa, eran la descendencia de Abraham, la cual seguiría creciendo y sería innumerable.

Así que la pregunta hoy es: ¿Dónde está tu enfoque? ¿Estás viendo la duda o tu mirada sigue en aquello que Él te prometió?