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Habitando en Su Palabra: Salmo 119

DÍA 8 DE 22

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Lectura: Salmo 119:57-64

Subraya en tu Biblia todas las veces que se hace referencia a la Palabra de Dios.

Esta estrofa inicia con una declaración de poder y confianza:

«El Señor es mi porción; he prometido guardar Tus palabras» (v. 57 NVI).

El salmista estaba afligido. Pero más allá de las angustias terrenales, él levantaba su vista a los cielos y recordaba que lo más importante lo tenía con Dios. Es más, es probable que él entendiera que superada esta prueba, vendrían muchas más. Pero eso no le quitaba la paz, ya que confiaba en que el Señor tenía todo lo que necesitaba. Y esa convicción le llevaba a declarar con un corazón lleno de gozo, que obedecería Sus Palabras.

¿Sabes? Obedecer a Dios en medio del dolor no es algo sencillo, ya que requiere que renunciemos a nosotros mismos y confiemos en Él. Para lograr esto, hemos aprendido gracias al Salmo 119 que solo necesitamos depender de Dios.

Necesitamos de Dios porque por nuestra cuenta no podemos, es por medio de la Palabra de Dios que somos capacitados para toda buena obra (2 Ti 3:16-17). Esto lo aprendimos el día cinco. Recordemos que solamente Dios puede:

  • Enseñarnos (v. 33 a).
  • Darnos entendimiento (v. 34 a).
  • Hacernos andar (v. 35 a).
  • Inclinar nuestro corazón a Sus testimonios (v. 36 a).
  • Apartar nuestros ojos (v. 37 a).
  • Confirmarnos (v. 38 a).
  • Quitar de nosotros el oprobio (v. 39 a).
  • Vivificarnos con Su justicia (v. 40 b).

Rinde cada área de tu vida al Señor y permite que Él te transforme y guíe. En Él, tú tienes una herencia de vida eterna.

¿Qué áreas de tu vida necesitas rendir a Dios?

Entonces, ora en todo momento

«A medianoche me levantaré para dar gracias a Ti. Por Tus justas ordenanzas» (v. 62).

Es sorprendente ver cómo el salmista tenía un corazón lleno de acciones de gracias para el Señor. ¿Por qué digo sorprendente? Porque, a veces, limitamos nuestra gratitud a Dios por lo que Él hace o deja de hacer por nosotros y cuando no responde como anhelamos, nos sentimos molestos. Sin embargo, lo que no entendemos es que el Señor no se mueve según nuestros deseos, sino según Sus propósitos.

¿Cómo debe ser mi gratitud a Dios? Constante. Porque Él nos ha dado a Cristo Jesús para traernos, salvación y vida eterna. Él ha cambiado nuestros caminos y nos ha hecho nuevas criaturas. Entendiendo esto, mostremos una gratitud sorprendente como la del salmista: que aun en medio de la prueba, él agradece porque la Palabra de Dios es justa y fiel.

¿Cómo agradeces? De muchas formas. Pero enfoquémonos en la oración. Ora en todo momento. El versículo 62 nos dice que a medianoche él se levantaba y daba gracias, y al leer el versículo 61 está expresando que los lazos del impío le rodean. ¿Lo ves? Las circunstancias no eran favorables, pero él había creído en Dios y oraba. Seamos como el salmista y llenémonos de gratitud por todo lo que el Señor ya hizo por nosotros.

¿Cómo es tu vida de oración?

¿Qué compromiso tomarás a partir de este día para que tu vida de oración se intensifique?

Memoriza el siguiente versículo

«La tierra, oh Señor, está llena de Tu misericordia; enséñame Tus estatutos» (v. 64).

Recuerda que la misericordia de Dios está sobre toda la maldad existente. Nada ni nadie, nunca, podrá opacar Su amor y bondad.

Día 7Día 9

Acerca de este Plan

Habitando en Su Palabra: Salmo 119

Nuestro mayor anhelo debe ser habitar en la Palabra de Dios. Con este estudio devocional titulado: «Habitando en Su Palabra», basado en el Salmo 119, deseamos acompañarte por 22 días en los que ahondaremos en la importan...

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Nos gustaría agradecer a Mujer que Persevera por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://mujerquepersevera.com/

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