De la esclavitud a la libertad emocionalMuestra

No hay mayor nobleza que perdonar

Hay muchísimos cristianos que han sido heridos y han ido tapando el dolor. Así como muchas veces las mujeres tapamos con maquillaje nuestras imperfecciones, así hemos tapado nuestras heridas.

Mucha gente piensa que perdonando va a beneficiar al otro, al que le hizo daño y no entienden que la única persona beneficiada es la que perdona.

Es tan malo no perdonar, porque además de mantenerte encarcelado emocionalmente, enferma el cuerpo con depresión, ansiedad, trastornos en el sueño, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares. La ira y el resentimiento puede suprimir el sistema inmunológico, enfermedades en los huesos, en la espalda, migrañas, gastritis.

Hace unos años atrás tuve que perdonar algo grave, gravísimo y por tiempo estuve enojada, enojada hasta con la vida. Y un día reaccioné y dije: "Toda mi vida serví a Dios, amé y amo a Dios, ¿cómo puede ser que siga en esta condición y que mi vida emocional, espiritual y física decaiga?". Y fue en ese momento que arreglé mis cuentas con Dios. No fue de la noche a la mañana, fue un proceso, pero pude soltar, perdonar e inmediatamente comencé a sentirme bien físicamente.

Alguien dijo NO HAY MAYOR NOBLEZA QUE PERDONAR….. La Palabra es muy clara, tenemos que tener buen corazón y perdonar. De alguna manera devolver a Jesús lo que hizo en la cruz por nosotros, porque no merecíamos su perdón, pero por amor, Él nos lo dio.

Decide perdonar y así sanará tu cuerpo, tus emociones y tu espíritu.