Recuerda Y No Te OlvidesMuestra

Un gran consejo

“Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto" (Deut. 4:9).

Este consejo tan importante, fue dado por Moisés al pueblo de Israel cuando les exhortaba a andar en obediencia delante de su Dios. El guardar sus almas con diligencia equivalía a ser guardas de sus propias vidas, a velar cuidadosamente para que nada ni nadie, interfiriera en su relación con Dios.

El siervo de Dios también les amonestaba para que no olvidaran todo lo que su buen Dios había hecho a favor de ellos. Eran cosas que habían sido experimentadas por ellos de primera mano y que no debían dejar que pasaran al olvido. El recuerdo de esas experiencias, les ayudarían en su peregrinar en la vida y en todas las experiencias que aún les faltaban por vivir.

Estoy convencida de que, aunque ese consejo era para Israel, es un consejo divino para todos aquellos que hemos puesto nuestra fe en Jesucristo el Salvador, por lo que debe ser acogido por nosotros con gran solicitud. Es bueno que nos analicemos a nosotros mismos y reflexionemos acerca de cuánta diligencia ponemos en guardar nuestras almas del mal.

El enemigo es muy diligente en su ataque contra los hijos de Dios, y son muchasy muy variadas las estrategias que lleva a cabo con el fin de desviar nuestra alma de la fiel obediencia al Señor. Por tanto, como decía el Apóstol Pablo debemos estar firmes contra las acechanzas del diablo y velar, ser diligentes y cuidadosos de nuestra fe (Ef. 6:10-11).

Cada día es nuevo y así debe ser también nuestra diligencia. Ayer pasó, y si velamos ayer pero descuidamos nuestro hoy no hemos adelantado mucho. La conciencia de nuestra responsabilidad de velar por nuestras almas nos debe acompañar siempre. Para ello, recordar es importante. Reflexionar sobre las continuas bendiciones de Dios, sobre todo lo que Jesús alcanzó en la cruz para nosotros y sus incontables misericordias, nos ayudará a ser diligentes en el cuidado de nuestras almas.

La dejadez, el conformismo, la rutina no son buenos consejeros. Todas estas cosas sólo nos llevan a ser negligentes con nosotros mismos y abren una puerta para que haya perjuicio en nuestra vida espiritual. En el libro de Hebreos encontramos un consejo muy parecido al que le dio Moisés al pueblo de Israel. El mismo dice: “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos” (Heb. 2:1).

Pongamos diligencia en velar por nuestras almas y recordemos con un corazón agradecido, las obras maravillosas que nuestro amado Padre celestial ha hecho y continúa haciendo a favor de nuestras vidas.

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ngfigue@yahoo.com

Agradecimiento especial al pastor Jonathan Riddering por su colaboración en el arte gráfico.