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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkEZK">
 <div class="chapter ch7" data-usfm="EZK.7">
 <div class="label">7</div><div class="s">El fin viene</div><div class="p"> 1Vino a m&#237; palabra de Jehov&#225;, diciendo: 2T&#250;, hijo de hombre, as&#237; ha dicho Jehov&#225; el Se&#241;or a la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra. 3Ahora ser&#225; el fin sobre ti, y enviar&#233; sobre ti mi furor, y te juzgar&#233; seg&#250;n tus caminos; y pondr&#233; sobre ti todas tus abominaciones. 4Y mi ojo no te perdonar&#225;, ni tendr&#233; misericordia; antes pondr&#233; sobre ti tus caminos, y en medio de ti estar&#225;n tus abominaciones; y sabr&#233;is que yo soy Jehov&#225;.</div><div class="p"> 5As&#237; ha dicho Jehov&#225; el Se&#241;or: Un mal, he aqu&#237; que viene un mal. 6Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aqu&#237; que viene. 7La ma&#241;ana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene, cercano est&#225; el d&#237;a; d&#237;a de tumulto, y no de alegr&#237;a, sobre los montes. 8Ahora pronto derramar&#233; mi ira sobre ti, y cumplir&#233; en ti mi furor, y te juzgar&#233; seg&#250;n tus caminos; y pondr&#233; sobre ti tus abominaciones. 9Y mi ojo no perdonar&#225;, ni tendr&#233; misericordia; seg&#250;n tus caminos pondr&#233; sobre ti, y en medio de ti estar&#225;n tus abominaciones; y sabr&#233;is que yo Jehov&#225; soy el que castiga.</div><div class="p"> 10He aqu&#237; el d&#237;a, he aqu&#237; que viene; ha salido la ma&#241;ana; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. 11La violencia se ha levantado en vara de maldad; ninguno quedar&#225; de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habr&#225; entre ellos quien se lamente. 12El tiempo ha venido, se acerc&#243; el d&#237;a; el que compra, no se alegre, y el que vende, no llore, porque la ira est&#225; sobre toda la multitud. 13Porque el que vende no volver&#225; a lo vendido, aunque queden vivos; porque la visi&#243;n sobre toda la multitud no se revocar&#225;, y a causa de su iniquidad ninguno podr&#225; amparar su vida.</div><div class="p"> 14Tocar&#225;n trompeta, y preparar&#225;n todas las cosas, y no habr&#225; quien vaya a la batalla; porque mi ira est&#225; sobre toda la multitud. 15De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que est&#233; en el campo morir&#225; a espada, y al que est&#233; en la ciudad lo consumir&#225; el hambre y la pestilencia. 16Y los que escapen de ellos huir&#225;n y estar&#225;n sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad. 17Toda mano se debilitar&#225;, y toda rodilla ser&#225; d&#233;bil como el agua. 18Se ce&#241;ir&#225;n tambi&#233;n de cilicio, y les cubrir&#225; terror; en todo rostro habr&#225; verg&#252;enza, y todas sus cabezas estar&#225;n rapadas. 19Arrojar&#225;n su plata en las calles, y su oro ser&#225; desechado; ni su plata ni su oro podr&#225; librarlos en el d&#237;a del furor de Jehov&#225;; no saciar&#225;n su alma, ni llenar&#225;n sus entra&#241;as, porque ha sido tropiezo para su maldad. 20Por cuanto convirtieron la gloria de su ornamento en soberbia, e hicieron de ello las im&#225;genes de sus abominables &#237;dolos, por eso se lo convert&#237; en cosa repugnante. 21En mano de extra&#241;os la entregu&#233; para ser saqueada, y ser&#225; presa de los imp&#237;os de la tierra, y la profanar&#225;n. 22Y apartar&#233; de ellos mi rostro, y ser&#225; violado mi lugar secreto; pues entrar&#225;n en &#233;l invasores y lo profanar&#225;n.</div><div class="p"> 23Haz una cadena, porque la tierra est&#225; llena de delitos de sangre, y la ciudad est&#225; llena de violencia. 24Traer&#233;, por tanto, los m&#225;s perversos de las naciones, los cuales poseer&#225;n las casas de ellos; y har&#233; cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios ser&#225;n profanados. 25Destrucci&#243;n viene; y buscar&#225;n la paz, y no la habr&#225;. 26Quebrantamiento vendr&#225; sobre quebrantamiento, y habr&#225; rumor sobre rumor; y buscar&#225;n respuesta del profeta, mas la ley se alejar&#225; del sacerdote, y de los ancianos el consejo. 27El rey se enlutar&#225;, y el pr&#237;ncipe se vestir&#225; de tristeza, y las manos del pueblo de la tierra temblar&#225;n; seg&#250;n su camino har&#233; con ellos, y con los juicios de ellos los juzgar&#233;; y sabr&#225;n que yo soy Jehov&#225;.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkEZK">
 <div class="chapter ch8" data-usfm="EZK.8">
 <div class="label">8</div><div class="s">Visi&#243;n de las abominaciones en Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 1En el sexto a&#241;o, en el mes sexto, a los cinco d&#237;as del mes, aconteci&#243; que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Jud&#225; estaban sentados delante de m&#237;, y all&#237; se pos&#243; sobre m&#237; la mano de Jehov&#225; el Se&#241;or. 2Y mir&#233;, y he aqu&#237; una figura que parec&#237;a de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parec&#237;a resplandor, el aspecto de bronce refulgente.#Ez. 1.27. 3Y aquella figura extendi&#243; la mano, y me tom&#243; por las guedejas de mi cabeza; y el Esp&#237;ritu me alz&#243; entre el cielo y la tierra, y me llev&#243; en visiones de Dios a Jerusal&#233;n, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitaci&#243;n de la imagen del celo, la que provoca a celos. 4Y he aqu&#237;, all&#237; estaba la gloria del Dios de Israel, como la visi&#243;n que yo hab&#237;a visto en el campo.#Ez. 1.28.</div><div class="p"> 5Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alc&#233; mis ojos hacia el norte, y he aqu&#237; al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada. 6Me dijo entonces: Hijo de hombre, &#191;no ves lo que estos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aqu&#237; para alejarme de mi santuario? Pero vu&#233;lvete a&#250;n, y ver&#225;s abominaciones mayores.</div><div class="p"> 7Y me llev&#243; a la entrada del atrio, y mir&#233;, y he aqu&#237; en la pared un agujero. 8Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cav&#233; en la pared, y he aqu&#237; una puerta. 9Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que estos hacen all&#237;. 10Entr&#233;, pues, y mir&#233;; y he aqu&#237; toda forma de reptiles y bestias abominables, y todos los &#237;dolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared por todo alrededor. 11Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazan&#237;as hijo de Saf&#225;n en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y sub&#237;a una nube espesa de incienso. 12Y me dijo: Hijo de hombre, &#191;has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus c&#225;maras pintadas de im&#225;genes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehov&#225;; Jehov&#225; ha abandonado la tierra. 13Me dijo despu&#233;s: Vu&#233;lvete a&#250;n, ver&#225;s abominaciones mayores que hacen estos.</div><div class="p"> 14Y me llev&#243; a la entrada de la puerta de la casa de Jehov&#225;, que est&#225; al norte; y he aqu&#237; mujeres que estaban all&#237; sentadas endechando a Tamuz. 15Luego me dijo: &#191;No ves, hijo de hombre? Vu&#233;lvete a&#250;n, ver&#225;s abominaciones mayores que estas.</div><div class="p"> 16Y me llev&#243; al atrio de adentro de la casa de Jehov&#225;; y he aqu&#237; junto a la entrada del templo de Jehov&#225;, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehov&#225; y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postr&#225;ndose hacia el oriente. 17Y me dijo: &#191;No has visto, hijo de hombre? &#191;Es cosa liviana para la casa de Jud&#225; hacer las abominaciones que hacen aqu&#237;? Despu&#233;s que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a m&#237; para irritarme; he aqu&#237; que aplican el ramo a sus narices. 18Pues tambi&#233;n yo proceder&#233; con furor; no perdonar&#225; mi ojo, ni tendr&#233; misericordia; y gritar&#225;n a mis o&#237;dos con gran voz, y no los oir&#233;.</div>
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<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bk2TI">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="2TI.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">Car&#225;cter de los hombres en los postreros d&#237;as</div><div class="p"> 1Tambi&#233;n debes saber esto: que en los postreros d&#237;as vendr&#225;n tiempos peligrosos. 2Porque habr&#225; hombres amadores de s&#237; mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, imp&#237;os, 3sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites m&#225;s que de Dios, 5que tendr&#225;n apariencia de piedad, pero negar&#225;n la eficacia de ella; a estos evita. 6Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. 7Estas siempre est&#225;n aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 8Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Mois&#233;s,#Ex. 7.11. as&#237; tambi&#233;n estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, r&#233;probos en cuanto a la fe. 9Mas no ir&#225;n m&#225;s adelante; porque su insensatez ser&#225; manifiesta a todos, como tambi&#233;n lo fue la de aquellos.</div><div class="p"> 10Pero t&#250; has seguido mi doctrina, conducta, prop&#243;sito, fe, longanimidad, amor, paciencia, 11persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioqu&#237;a,#Hch. 13.14-52. en Iconio,#Hch. 14.1-7. en Listra;#Hch. 14.8-20. persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Se&#241;or. 12Y tambi&#233;n todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jes&#250;s padecer&#225;n persecuci&#243;n; 13mas los malos hombres y los enga&#241;adores ir&#225;n de mal en peor, enga&#241;ando y siendo enga&#241;ados. 14Pero persiste t&#250; en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de qui&#233;n has aprendido; 15y que desde la ni&#241;ez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvaci&#243;n por la fe que es en Cristo Jes&#250;s. 16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y &#250;til para ense&#241;ar, para redarg&#252;ir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.</div>
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