Una vida de intimidad con DiosMuestra

Tus días serán mejores si hablas con Dios
“Si observas... la ley, vivirás feliz... felicísimo”, Proverbios 29:18 (Castillian y Jünemann).
La expresión “Dios quiere que seas feliz” suena bonita, pero es una verdad a medias. ¿Y quién es especialista en usar verdades a medias? El diablo. Nadie más que él ha susurrado a nuestros oídos de que Dios quiere que seamos felices, pero lo hace con la finalidad de que hagamos lo que siente nuestro corazón. Nos empuja a buscar la felicidad a la manera del mundo, no a la de Dios. A la persona que está pasando una crisis matrimonial le dice que merece algo mejor, que la relación actual no le otorga felicidad y, como Dios quiere que sea feliz, puede buscar la felicidad en otra persona que no sea su cónyuge. A las personas con profundos dolores en el corazón les dice que pueden mitigar el sufrimiento en el alcohol, en noches de fiestas desenfrenadas o con la última dosis de droga. ¿Y qué le dice el diablo a una persona que siente atracción homosexual? Lo mismo: ¡que Dios quiere que sea feliz! Por lo tanto, la persona cree que solo puede serlo si se entrega a una relación amorosa con una persona del mismo sexo.
¿Quiere Dios que seamos felices? Claro que sí. ¡Pero a su manera y no a la del mundo! Somos felices cuando obedecemos a Dios: “Si observas... la ley, vivirás feliz... felicísimo”, Proverbios 29:18 (Castillian y Jünemann). Al obedecer Dios es honrado y, como consecuencia, nosotros somos felices. ¡La felicidad de Dios es nuestra felicidad! Cuando honramos a Dios obedeciéndolo, la felicidad nos cae como un regalo. El mayor placer de Dios es que su nombre sea glorificado en las naciones. Y Él se glorifica cuando sus hijos son santos y obedientes. Ahora bien, para que la obediencia no resulte una carga religiosa pesada debemos aprender a caminar con Él. Tus días serán mejores si primero hablas con Dios. Nada es más placentero en este mundo que una vida en comunión con el Señor. El que obedece es feliz. Feliz en Dios. Tú podrás encontrar gozo permanente y felicidad duradera solo en Dios.
¡Busca la gloria de Dios y encontrarás la verdadera felicidad! Ten comunión cercana con Dios y encontrarás satisfacción y plenitud en tu jornada. Esa felicidad que no puede ser hallada en ningún ser humano ni placer terrenal. ¡Solo en Dios podrás ser feliz!
Escrituras
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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