Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Información del Plan

Dando sentido a tu vidaMuestra

Making Sense of Your Life

DÍA 3 DE 3

Dando sentido a tu vida - Parte 3: ¡Díselo a Jesús!

“Sus antepasados clamaron al Señor y él interpuso oscuridad entre ellos y los egipcios. El Señor hizo que el mar cayera sobre estos y los cubriera. Ustedes fueron testigos de lo que hice a los egipcios. (Josué 24:7 NVI)

¿Cómo puedes darle el sentido a un nuevo invento si no hablas con el inventor? Lo mismo ocurre con la creación. Tenemos que entender los caminos, pensamientos y propósitos del Creador para lograr entender su creación; es más, para darle sentido a nuestras propias vidas.


Es por eso que revisamos la historia del pueblo escogido de Dios. Cuando estaban en esclavitud en Egipto, Dios levantó a Moisés y a Aarón, y el pueblo fue liberado, pero no antes de que los egipcios montaran una última ofensiva contra ellos y los atraparan en el Mar Rojo. Dios permitió todas estas pruebas para desarrollar la fe en su pueblo y entregarles su consuelo mientras los liberaba, para que la misma compasión de Dios algún día se derramara para consolar a otros.


Pero observa que esta compasión y consuelo llegaron cuando el pueblo de Dios “clamó al Señor”. En ningún momento de la historia de la Biblia el pueblo hebreo había orado colectivamente, hasta que llegaron a Egipto. Fue la adversidad lo que los llevó a clamar a Dios. Y cuando el Señor los escuchó, le dijo a Moisés: “Ve pronto Moisés, porque el clamor de mi pueblo ha llegado a mis oídos”. Nunca había pasado antes. No es que Abraham nunca haya orado; pero nunca antes había habido ese tipo de oración colectiva que moviera la mano de Dios hasta que el pueblo de Dios se vio en dificultades.


Y eso es lo que Dios quiere para ti y para mí. Él quiere que seamos el tipo de personas que claman: “Te agradezco todas tus bendiciones, tú eres mi Jehová-Jireh; solo tú eres mi provisión. Ahora mi fe está un poco débil porque estoy pasando por dificultades; pero, ¡oh Dios, ven y ayúdame por favor! ¡Dame fuerzas para seguir confiando!"


El Señor te dará esa fuerza, aunque tengas que secarte las lágrimas; ¡Porque cuando acudimos a Él, su promesa es que escuchará y contestará nuestra oración! Él permite los problemas en nuestra vida, para que podamos acercarnos rápidamente a su trono de gracia y clamar a Él por ayuda en nuestro momento de necesidad.


¡Y Dios atenderá de prisa tu llamado! Él te ayudará, te consolará y te librará. Porque, en definitiva, lo que Dios busca son personas que no sean insensibles, que no menosprecien a los demás, sino que estén llenas de fe y compasión, porque ellos mismos saben lo que es atravesar por una situación difícil. Está buscando cristianos que hayan aprendido lo importante de clamar a Dios por sus propias necesidades y por las de los demás.


Finalmente, ¡podemos entender mejor cómo darle sentido a nuestra vida! Vemos que es en ese lugar de aflicción donde Dios muestra su poder, y que nos convierte a ti y a mí en el hombre o la mujer que quiere que seamos. Dios no busca jueces. Cualquiera puede juzgar a otro ser humano. De hecho, la sociedad está llena de críticos. En lugar de eso, Dios está buscando mensajeros en la tierra que sean moldeados en el horno de fuego de la aflicción, que sepan cómo invocar el nombre de Jesús y que se levanten en medio de sus problemas con la confianza y la convicción para decirle a otra alma: “¡Lo que el Señor hizo por mí, lo puede hacer por ti!”


Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Making Sense of Your Life

La vida puede ser impredecible y confusa, incluso cuando servimos a Dios. A veces las cosas parecen estar fuera de control, lo que nos lleva a preguntarnos ¡qué está pasando! Si alguna vez te has sentido así o estás conf...

More

Nos gustaría agradecer a The Brooklyn Tabernacle por proveer este Plan. Para más información, por favor visita: https://www.brooklyntabernacle.org

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad