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Cuando el miedo es fuerte y las dudas llenan tu mente, puedes confiar y creer que ese miedo no tiene la última palabra. La voz de Dios siempre será más alta, más fuerte y más duradera que cualquier pensamiento que el miedo ponga en nuestra lista de reproducción. Y memorizar los pasajes bíblicos nos ayuda a recordar esto en nuestra vida diaria.

Entonces, sigue esforzándote por memorizar este versículo dividiéndolo en dos partes. Escribe la primera parte diez veces, repitiéndola en voz alta mientras la escribes. Luego, haz lo mismo con la segunda parte del versículo. Por último, escribe el versículo completo diez veces y repítelo de memoria todo lo que puedas.