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Escrito por Samantha, 16 años, de Blaine, Minnesota, EE. UU.

La inseguridad en la secundaria y el bachillerato es una batalla interminable. Constantemente escuchamos mentiras, especialmente sobre nosotros mismos. Cosas como: "No eres lo bastante bonita", o "No eres inteligente ni atlético, y ni se te ocurra pensar que tienes talento", o "No tienes amigos y no le agradas a nadie". Estas son algunas de las mentiras que nos lanzan a diario. Todos luchamos contra esto, y las escuchamos tanto que empezamos a pensar que son ciertas.

Un día, estaba en un tren público, castigándome por dentro. La banda sonora constante de "soy una persona terrible" se repetía en mi cabeza, hasta el punto que empecé a llorar en el tren. Fue entonces cuando una vocecita apacible me mencionó Efesios 2:10: "Eres la obra maestra de Dios". Dios me recordó en ese momento lo amada que era. Que fui hecha con un propósito y un plan, y no por accidente.

El Dios del Universo me miró y se sintió orgulloso de la obra maestra que había hecho de mí. Todas mis peculiaridades, defectos y cosas que odiaba de mí misma: Dios veía belleza en todo ello.

Dios te ve exactamente de la misma manera. Esta semana, te desafío a que lo recuerdes memorizando este versículo. Cada vez que pienses que no eres lo suficientemente bueno, redirige tus pensamientos a este versículo, recordando que eres la obra maestra de Dios.