No estoy bienMuestra

¿Quiénes son las personas que se identifican con tu estrés? Ya sea estrés por motivos deportivos, escolares o familiares, generalmente siempre hay alguien que puede entender o conectar con lo que estás sintiendo. Es distinto hablar con esa persona sobre el estrés, porque tiene un marco de referencia para nuestros problemas. Pueden hacernos preguntas concretas y significativas en lugar de limitarse a decirnos: “Todo va a estar bien". Cuando compartimos nuestras tensiones con personas que las entienden, nos ayudan a validar nuestras experiencias y nos dan el espacio para replantear nuestros pensamientos.

En la lectura de hoy, verás que Jesús hace algo parecido. Habló con sus seguidores sobre sus preocupaciones y les pidió que compararan sus preocupaciones con elementos de la naturaleza. No trataba de evadir sus sentimientos, sino que les invitaba a procesar sus afanes e inquietudes de una manera nueva. Empatizó con sus pensamientos y su perspectiva del mundo y les hizo ver cómo Dios proveería para ellos. Reconoció todo lo que tenían que afrontar y les mostró que Dios realmente se preocupaba por ellos.

Cuando se trata de nuestras propias preocupaciones, a veces también nos vendría bien un poco de empatía. Tal vez hemos perdido de vista lo mucho que podemos confiar en que Dios resolverá las cosas para nuestro bien. Cuando compartimos nuestras preocupaciones con personas que pueden identificarse con nuestra situación, pueden ayudarnos a dirigir nuestra mirada a lo que Jesús nos muestra de cómo es Dios. Con su ayuda, puedes recordar que cuando estés preocupado, puedes confiar en Jesús.