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¿Cómo manejar el dolor?

El dolor es inevitable. ¿Por qué? Porque muchas cosas que pasan en la vida no las podemos evitar y no podemos evitar que nos duela.

No queremos que pase. La muerte es inevitable. No queremos que suceda, pero sucede. Y cuando algo así pasa, nos duele. Cuando algo, como hablábamos hace un rato, algo se rompe, también nos duele.

Cuando suceden cosas que básicamente empiezan a desaparecer, desaparecen las ilusiones, desaparecen los sueños.

Parece que todo se acaba, que el mundo realmente se termina. Para nosotros hay un dolor. Cuando hay una enfermedad, hay un dolor. Y no hablo del dolor físico, nada más hablo del dolor del corazón por esa enfermedad.

Si pasaste por una enfermedad grave o estás viviendo una enfermedad grave, una enfermedad que quizás no te dan esperanza, hay un dolor. Hay un dolor por lo que está pasando. Pero el dolor que si bien es inevitable, también pasa, el dolor tiende a calmarse.

El dolor es el primer impacto que se produce cuando algo así sucede.

Sin embargo, cuando se empieza a calmar y empieza a bajar ese grado de intensidad, quizás empiezo a superar el dolor, pero creo que no lo supero porque empiezo a sufrir. Y cuando estoy sufriendo entonces estoy creyendo que tengo la misma sensación de dolor, pero en realidad es como un dolor fantasma. Porque estoy teniendo un dolor por algo que ya no existe, porque la situación ya pasó, aunque sea la muerte de alguien, ya pasó y ya está. Quizás la persona está mucho mejor.

Hay muchas cosas que se podrían decir al respecto, pero sin embargo, el problema, quizás más profundo, es que nosotros mismos nos aferramos al dolor y aferrarse al dolor no es una buena opción.

No es saludable. Aferrarse al dolor no te hace estar aferrado a la persona que se fue o a la situación que se fue, o a lo que no sucedió, o a la enfermedad que tienes.

Sin embargo, puedo elegir tener una mente diferente, una mente que supera ese dolor y puede mirar hacia adelante, que mira hacia el futuro. El futuro hay que mirarlo con esperanza.

El dolor puede quedar atrás, puede desaparecer y podemos empezar a mirar todo lo que viene hacia adelante sin aferrarnos a ese dolor.

No tenemos que estar amarrados al dolor que nos detiene. El dolor hace que exista más sufrimiento todavía. ¿Por qué? Porque el sufrimiento es una opción que tomamos de perpetuar ese dolor cuando ya no existe más lo que antes existía o lo que se rompió, o lo que se acabó, o lo que de alguna manera se corrompió.

Entonces, si tuviera que darte un consejo acerca de cómo superar el dolor, te diría: primero acéptalo, acepta que esto está pasando y que duele. La vida muchas veces duele, pero hay que seguir adelante y mirar la vida con esperanza.

Es lo mejor que podemos hacer por nosotros y por otros también. Entonces el dolor para que se pueda ir hay que dejarlo ir, hay que soltarlo, hay que simplemente abrir los brazos, extenderlos hacia el futuro y tomar con mucho agrado, con muchas ansias y mucha esperanza lo próximo que se viene.

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