Fuerte Como Una MadreMuestra

¡Lee eso de nuevo! Este versículo está lleno de entusiasmo. Debes saber que este llamado a Esdras no llegó en un momento fácil de su vida, pues él se había propuesto reconstruir el templo y se enfrentó a una oposición feroz y decisiones difíciles. Estoy segura de que te has sentido así una o dos veces en tu vida. Probablemente una o dos veces esta semana. En momentos de rechazo intenso, es muy posible que solo queramos sentarnos y dejar que la situación ocurra. ¡Pero eres más fuerte que eso! Si pudiera parafrasear este versículo con una declaración sobre ti el día de hoy, diría: “¡Vamos, amiga, levántate! ¡Haz lo que te toca!”. Ten esa conversación difícil. Mantente firme ante tu hijo o hija adolescente. Resuelve el problema.Tienes autoridad, inteligencia y fuerza dados por Dios.

Antes de terminar hoy, no perdamos esa pequeña frase estribillo a la mitad del versículo: “…te apoyamos…”. Nadie, ninguna de nosotras, está destinada para vivir una vida solitaria. ¿Quién te apoya? ¿A quién estás apoyando? Somos mujeres que nos apoyamos y nos sostenemos. Hoy quiero invitarte a fortalecer tu círculo en oración.

Repite conmigo:

Padre, gracias por Tu fuerza que surge en mí hoy. Sé que me has dado fuerzas para la tarea que tengo en mis manos. Te entrego todos los sentimientos de apatía; lléname de pasión. Y Dios, ¿quién falta en mi círculo? Te pido humildad para acercarme a alguien hoy y pedir apoyo. En el nombre de Jesús, amén.