Devocional Del Día | AgostoMuestra

El rey con lepra.

2 Crónicas 26:16-21

Uzías llegó a tener tanta fama y poder que se volvió orgulloso, y fue precisamente su orgullo lo que causó su ruina. Llegó a tal punto su orgullo que un día entró en el templo y quiso quemar incienso en el altar, lo cual Dios permitía sólo a los sacerdotes. Pero entonces entró el sacerdote Azarías, junto con ochenta sacerdotes más, y con mucho valor se le enfrentaron al rey y le dijeron:

«Solamente nosotros los sacerdotes podemos quemar el incienso, pues somos descendientes de Aarón y para eso nos eligió Dios. Usted no puede hacerlo, aunque sea el rey, así que ¡salga de inmediato!, pues ha ofendido a Dios, y él lo humillará».

Uzías estaba de pie, junto al altar, y a punto de quemar el incienso. Al oír a los sacerdotes, se enojó contra ellos, pero de inmediato, y ante la mirada de todos, su frente se llenó de lepra. Entonces los sacerdotes lo sacaron rápidamente del templo, y hasta el mismo rey se apresuró a salir, pues sabía que Dios lo había castigado.

Hasta el día de su muerte, el rey Uzías fue un leproso, y por eso tuvo que vivir en un cuarto separado del resto del palacio. Ni siquiera podía ir al templo de Dios. Por eso su hijo Jotam se encargó de gobernar al pueblo.

Que historia tan fuerte, podemos ver que Uzías fue un buen rey al inicio de su mandato, a tal grado que Dios lo ayudó a derrotar a los Filisteos, a los árabes y llegó a ser tan famoso en las fronteras de Egipto. Pero, ¿qué significa eso? Que fue un buen rey, el problema fue que por su orgullo se salió de su asignación y empezó a querer hacer cosas que no le correspondía.

Él era rey, no sacerdote. Pero por su orgullo pudo pensar yo puedo hacer todo, no necesito de nadie. Yo mismo puedo poner incienso, “ni que fuera algo tan complicado”. El problema es que hizo algo que Dios no lo mandó y eso lo frenó en lo que Dios si lo mandó. Tengamos cuidado de realizar cosas que Dios no nos ha mandado hacer, o que están fuera de nuestra asignación porque ello puede llevarnos a la ruina.

Medita: ¿Entiendes cuál es la asignación que Dios ha puesto en tu vida?