Evangelismo IntencionalMuestra

PORQUE REPRESENTAMOS A CRISTO, PROCLAMAMOS LAS BUENAS NUEVAS DE SALVACIÓN QUE ÉL PROCLAMÓ.

Dios bendice las palabras del evangelio porque son testigos de la obra de Cristo; Él es quien salva. La pregunta es: ¿Confías en el poder de Cristo para salvar? ¿Te avergüenzas de hablar de Cristo porque tienes temor de otros o porque consideras que alguien no se convertirá?

Los apóstoles hicieron esto, predicaron sin cesar el mismo evangelio confiando en el poder de Dios. Ellos predicaron un evangelio completo, porque no hay algo más que una persona deba hacer para creer en Jesús. La salvación es para el que cree, no para quienes nosotras deseamos que crea en el momento que queramos. Solo somos emisarias de un mensaje, oramos y sostenemos nuestras conversaciones en la gracia y poder de Dios; en Él confiamos.

Representamos a Cristo cuando hacemos lo que Cristo hizo en su primera venida. Él no vino a juzgar, Él vino a salvar (Jn 3:17). ¿Qué hacemos los que hemos sido comprados por Él y lavados por su sangre? Proclamarlo, adorarlo y no avergonzarnos de lo maravilloso que es Él y de la fortuna tan grande que tenemos de ser cristianas.

¿Has considerado esto? Aunque en este tiempo hay sufrimiento, ideologías y falsas enseñanzas, el evangelio ha sido preservado por el Señor en vasos fieles que lo siguen proclamando. Como representantes de Cristo esa es nuestra tarea porque la salvación no es nuestra, es del Señor (Sal 3:8). No olvides las palabras puntuales que dijo Jesús: “Porque cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de Su Padre con los santos ángeles” (Mr 8:38).

La segunda venida de Cristo será para juzgar a los hombres. Así que, no te avergüences de hablar de tu Salvador, cultiva diariamente una relación con Él para que se vea reflejada en un corazón piadoso que se disciplina intencionalmente para hablar las Buenas Nuevas a otros. Que otros se queden intrigados de esa relación, que otros queden sorprendidos de cómo es el amor, la paciencia, la humildad y la firmeza de un hijo de Dios que representa a Cristo en esta tierra. ¿Irás?

• Aprende: ¿Qué significa que representamos a Cristo?
• Vive: Lee Juan 17:17-23 y responde: ¿Qué está pidiendo Jesús en su oración sacerdotal? ¿Qué papel tienes en esta oración? ¿Cómo puedes llevarlo a cabo hoy?
• Lidera: Hazte un examen de cuánto representas a Cristo al proclamar las Buenas Nuevas a otros. Pregúntate: ¿Me avergüenzo de mi fe en el trabajo, colegio, universidad, familia, vecindario? ¿Cómo puedo cambiar eso hoy?

Oración

Señor, gracias por hacernos representantes tuyas delante de otros. Gracias por esa gracia inmerecida que disfrutamos cada día. Permítenos mostrar a otros la bendición que es vivir contigo, de tu mano en el sufrimiento y de tus brazos en la alegría. Ayúdanos a hablar de ti con toda firmeza, amor y verdad para que tú seas glorificado en todo. En Cristo, amén.