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El valor de la ignoranciaMuestra

El valor de la ignorancia

DÍA 2 DE 3




SEGUNDO PASO: Recházalo

"Recházalo", es más fácil decirlo, que tomar acción. Sin embargo, hay que aprende a reconocer rápidamente si es un chisme. Y podríamos utilizar está técnica que fue compartida por un pastor:

Cuando alguien podría venir a mí y decirme: “Necesito hablar con usted sobre algo”. Por lo general respondo: “¿Algo o alguien?”. Si ellos responden “Alguien”, entonces les digo: “¿Ya hablaste con ese ‘Alguien’?”. Los redirecciono de vuelta. No quiero escuchar acerca de alguien si esa persona no lo ha escuchado primero. Interesante forma de resolver.

Por otro lado, una anécdota muy curiosa del filósofo Sócrates, nos enseña cómo podemos evaluar el mensaje a recibir o enviar.

La anécdota dice que uno de los discípulos de Sócrates llegó apresurado para decirle que se había encontrado con uno de los amigos del filósofo, el cual le había hablado mal de él.

Al escuchar esto, Sócrates le pidió que se calmara, y antes de dejarlo hablar, le dijo que su mensaje debía pasar por tres filtros necesarios, y que si no los superaba, lo que tenía que decirle no era digno de ser escuchado.

Así, Sócrates le preguntó a su discípulo: “¿Estás absolutamente seguro que lo que vas a decirme es verdad?”. El discípulo lo pensó un momento y llegó a la conclusión que en realidad no estaba seguro que aquello que había escuchado fuera algo cierto, pues todo era cuestión de perspectivas. “Entonces no sabes si todo es cierto o no”, dijo el filósofo. El discípulo tuvo que admitir que no.

Luego formuló una segunda pregunta: “¿Lo que vas a decirme es bueno o no?”. El discípulo contestó con seguridad que no se trataba de algo bueno, pues lo que iba a contar podría causarle malestar y aflicción a su maestro. Entonces Sócrates dijo: “Vas a decirme algo malo, pero no estás totalmente seguro que sea cierto”. El discípulo admitió que así era.

Para terminar, el sabio preguntó: “¿Me va a servir de algo lo que tienes que decirme?”. El discípulo dudó, pero al final respondió que en realidad saberlo no resultaría útil para Sócrates.

Al conocer las tres respuestas de su discípulo, Sócrates se negó a escuchar lo que quería decirle y le dio este argumento: “Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no es útil, ¿para qué querría saberlo?”.

En Santiago 4:11 (TLA) nos dice “Hermanos, no hablen mal de los demás. El que habla mal del otro, o lo critica, es como si estuviera criticando a la ley de Dios o hablando mal de ella. Lo que ustedes deben hacer es obedecer la ley de Dios, no criticarla”.

Tal vez es fácil preguntarnos: ¿Quiénes somos nosotros para criticar la ley de Dios? Sin embargo, este versículo lo coloca al mismo nivel. Nosotros no somos superiores para tomar la decisión de entrar o permitir el chisme en nuestra vida.

ORACIÓN: Señor, ayúdame para que cada vez que alguien llegue a mi vida con chismes, yo pueda serte fiel y tener un método para rechazarlo con amor y respecto hacia esa persona.

TAREA: Guiándonos de estos ejemplos, escribamos nuestro método, y practiquémoslo frente al espejo hasta que sea natural para nosotros. Preparémonos para cuando llegue el momento de utilizarlo.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

El valor de la ignorancia

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Nos gustaría agradecer a ProfessorJRuiz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.professorjruiz.com/

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