En el valle de sombraMuestra

Cuando hablamos del valle de sombra de muerte y soledad, de seguro puedes imaginarte un lugar tenebroso, miedoso, oscuro. Otros pueden asociarlo con momentos feos que han marcado su vida, e incluso otros pueden relacionarlo con personas que les hicieron daño. Estos momentos son los que, como hijos de Dios, tenemos que pasar para que nuestro carácter vaya perfeccionándose, y nuestra madurez espiritual vaya en aumento. Todos, en este mundo, tenemos experiencias dolorosas que marcan un antes y un después en nuestra vida.

Para mí, el valle de sombra son momentos de ansiedad, de una profunda preocupación en donde el enemigo constantemente ataca en cada área de nuestra vida, pero va atacar mucho más en esa área que no hemos fortalecido en el Señor Jesucristo. Por ende, el significado de “valle de sombra de muerte” es personal, porque lo que para ti es una temporada dura que estás pasando tu hermano puede verla como una temporada llena de provecho, e incluso pueden llegar a minimizar aquellas cosas que para ti son bastantes angustiantes. Así mismo, puedes pensar que otra persona que pasa por momentos malos está exagerando, y ves esas circunstancias malas como momentos de plenitud.

En Cristo Jesús, tus emociones no son minimizadas; tus pensamientos no son invalidados. Él siente lo que tú sientes, y te consuela en momentos fuertes. Él nunca te deja, aunque permanezca en silencio. Muchas veces, aquellos momentos duros hacen que nos cerremos emocionalmente, y esos sentimientos pueden albergarse en el fondo de nuestro corazón y producir un fruto contrario a los del Espíritu Santo, si no sabemos manejarlo y encaminarlo en presencia de Dios.

El fin de este devocional es compartirte un poco de mi proceso y cómo Dios ha estado en cada área de mi vida en la que la soledad ha sido un reto que superar; pero sobre todo cómo la Palabra de Dios y la constante oración han sido la clave para un triunfo en Cristo, y cómo la esperanza y confianza en Él se han mantenido.

Por último, quiero decirte que Dios quiere de nosotros ENTREGA y CONFIANZA.

Entrega: Meditación de Su palabra y oración continua.

Confianza: Aunque Dios permanezca en silencio a nuestra oración, nosotros vamos a seguir esperando confiadamente y bendiciéndolo en cada momento con la plena certeza de que Él tiene inclinado Su oído a nuestra oración, y tiene cuidado de nosotros.