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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkLUK">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="LUK.4">
 <div class="label">4</div><div class="s">Tentaci&#243;n de Jes&#250;s</div><div class="r">(Mt. 4.1-11; Mr. 1.12-13)</div><div class="p"> 1Jes&#250;s, lleno del Esp&#237;ritu Santo, volvi&#243; del Jord&#225;n, y fue llevado por el Esp&#237;ritu al desierto 2por cuarenta d&#237;as, y era tentado por el diablo. Y no comi&#243; nada en aquellos d&#237;as, pasados los cuales, tuvo hambre. 3Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4Jes&#250;s, respondi&#233;ndole, dijo: Escrito est&#225;: No solo de pan vivir&#225; el hombre,#Dt. 8.3. sino de toda palabra de Dios. 5Y le llev&#243; el diablo a un alto monte, y le mostr&#243; en un momento todos los reinos de la tierra. 6Y le dijo el diablo: A ti te dar&#233; toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a m&#237; me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 7Si t&#250; postrado me adorares, todos ser&#225;n tuyos. 8Respondiendo Jes&#250;s, le dijo: Vete de m&#237;, Satan&#225;s, porque escrito est&#225;: Al Se&#241;or tu Dios adorar&#225;s, y a &#233;l s&#243;lo servir&#225;s.#Dt. 6.13. 9Y le llev&#243; a Jerusal&#233;n, y le puso sobre el pin&#225;culo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, &#233;chate de aqu&#237; abajo; 10porque escrito est&#225;:</div><div class="q">A sus &#225;ngeles mandar&#225; acerca de ti, que te guarden;#Sal. 91.11.</div><div class="m"> 11y,</div><div class="q">En las manos te sostendr&#225;n,</div><div class="q">Para que no tropieces con tu pie en piedra.#Sal. 91.12.</div><div class="m"> 12Respondiendo Jes&#250;s, le dijo: Dicho est&#225;: No tentar&#225;s al Se&#241;or tu Dios.#Dt. 6.16. 13Y cuando el diablo hubo acabado toda tentaci&#243;n, se apart&#243; de &#233;l por un tiempo.</div><div class="s">Jes&#250;s principia su ministerio</div><div class="r">(Mt. 4.12-17; Mr. 1.14-15)</div><div class="p"> 14Y Jes&#250;s volvi&#243; en el poder del Esp&#237;ritu a Galilea, y se difundi&#243; su fama por toda la tierra de alrededor. 15Y ense&#241;aba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.</div><div class="s">Jes&#250;s en Nazaret</div><div class="r">(Mt. 13.53-58; Mr. 6.1-6)</div><div class="p"> 16Vino a Nazaret, donde se hab&#237;a criado; y en el d&#237;a de reposo#4.16 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. entr&#243; en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levant&#243; a leer. 17Y se le dio el libro del profeta Isa&#237;as; y habiendo abierto el libro, hall&#243; el lugar donde estaba escrito:</div><div class="q"> 18El Esp&#237;ritu del Se&#241;or est&#225; sobre m&#237;,</div><div class="q">Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;</div><div class="q">Me ha enviado a sanar a los quebrantados de coraz&#243;n;</div><div class="q">A pregonar libertad a los cautivos,</div><div class="q">Y vista a los ciegos;</div><div class="q">A poner en libertad a los oprimidos;</div><div class="q"> 19A predicar el a&#241;o agradable del Se&#241;or.#Is. 61.1-2.</div><div class="m"> 20Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sent&#243;; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en &#233;l. 21Y comenz&#243; a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 22Y todos daban buen testimonio de &#233;l, y estaban maravillados de las palabras de gracia que sal&#237;an de su boca, y dec&#237;an: &#191;No es este el hijo de Jos&#233;? 23&#201;l les dijo: Sin duda me dir&#233;is este refr&#225;n: M&#233;dico, c&#250;rate a ti mismo; de tantas cosas que hemos o&#237;do que se han hecho en Capernaum, haz tambi&#233;n aqu&#237; en tu tierra. 24Y a&#241;adi&#243;: De cierto os digo, que ning&#250;n profeta es acepto en su propia tierra.#Jn. 4.44. 25Y en verdad os digo que muchas viudas hab&#237;a en Israel en los d&#237;as de El&#237;as, cuando el cielo fue cerrado por tres a&#241;os y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;#1 R. 17.1. 26pero a ninguna de ellas fue enviado El&#237;as, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sid&#243;n.#1 R. 17.8-16. 27Y muchos leprosos hab&#237;a en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naam&#225;n el sirio.#2 R. 5.1-14. 28Al o&#237;r estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; 29y levant&#225;ndose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despe&#241;arle. 30Mas &#233;l pas&#243; por en medio de ellos, y se fue.</div><div class="s">Un hombre que ten&#237;a un esp&#237;ritu inmundo</div><div class="r">(Mr. 1.21-28)</div><div class="p"> 31Descendi&#243; Jes&#250;s a Capernaum, ciudad de Galilea; y les ense&#241;aba en los d&#237;as de reposo.#4.31 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 32Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.#Mt. 7.28-29. 33Estaba en la sinagoga un hombre que ten&#237;a un esp&#237;ritu de demonio inmundo, el cual exclam&#243; a gran voz, 34diciendo: D&#233;janos; &#191;qu&#233; tienes con nosotros, Jes&#250;s nazareno? &#191;Has venido para destruirnos? Yo te conozco qui&#233;n eres, el Santo de Dios. 35Y Jes&#250;s le reprendi&#243;, diciendo: C&#225;llate, y sal de &#233;l. Entonces el demonio, derrib&#225;ndole en medio de ellos, sali&#243; de &#233;l, y no le hizo da&#241;o alguno. 36Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: &#191;Qu&#233; palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los esp&#237;ritus inmundos, y salen? 37Y su fama se difund&#237;a por todos los lugares de los contornos.</div><div class="s">Jes&#250;s sana a la suegra de Pedro</div><div class="r">(Mt. 8.14-15; Mr. 1.29-31)</div><div class="p"> 38Entonces Jes&#250;s se levant&#243; y sali&#243; de la sinagoga, y entr&#243; en casa de Sim&#243;n. La suegra de Sim&#243;n ten&#237;a una gran fiebre; y le rogaron por ella. 39E inclin&#225;ndose hacia ella, reprendi&#243; a la fiebre; y la fiebre la dej&#243;, y levant&#225;ndose ella al instante, les serv&#237;a.</div><div class="s">Muchos sanados al ponerse el sol</div><div class="r">(Mt. 8.16-17; Mr. 1.32-34)</div><div class="p"> 40Al ponerse el sol, todos los que ten&#237;an enfermos de diversas enfermedades los tra&#237;an a &#233;l; y &#233;l, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 41Tambi&#233;n sal&#237;an demonios de muchos, dando voces y diciendo: T&#250; eres el Hijo de Dios. Pero &#233;l los reprend&#237;a y no les dejaba hablar, porque sab&#237;an que &#233;l era el Cristo.</div><div class="s">Jes&#250;s recorre Galilea predicando</div><div class="r">(Mr. 1.35-39)</div><div class="p"> 42Cuando ya era de d&#237;a, sali&#243; y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le deten&#237;an para que no se fuera de ellos. 43Pero &#233;l les dijo: Es necesario que tambi&#233;n a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. 44Y predicaba en las sinagogas de Galilea.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkLUK">
 <div class="chapter ch5" data-usfm="LUK.5">
 <div class="label">5</div><div class="s">La pesca milagrosa</div><div class="r">(Mt. 4.18-22; Mr. 1.16-20)</div><div class="p"> 1Aconteci&#243; que estando Jes&#250;s junto al lago de Genesaret, el gent&#237;o se agolpaba sobre &#233;l para o&#237;r la palabra de Dios. 2Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Sim&#243;n, le rog&#243; que la apartase de tierra un poco; y sent&#225;ndose, ense&#241;aba desde la barca a la multitud.#Mt. 13.1-2; Mr. 3.9-10; 4.1. 4Cuando termin&#243; de hablar, dijo a Sim&#243;n: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5Respondiendo Sim&#243;n, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado;#Jn. 21.3. mas en tu palabra echar&#233; la red. 6Y habi&#233;ndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces,#Jn. 21.6. y su red se romp&#237;a. 7Entonces hicieron se&#241;as a los compa&#241;eros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hund&#237;an. 8Viendo esto Sim&#243;n Pedro, cay&#243; de rodillas ante Jes&#250;s, diciendo: Ap&#225;rtate de m&#237;, Se&#241;or, porque soy hombre pecador. 9Porque por la pesca que hab&#237;an hecho, el temor se hab&#237;a apoderado de &#233;l, y de todos los que estaban con &#233;l, 10y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compa&#241;eros de Sim&#243;n. Pero Jes&#250;s dijo a Sim&#243;n: No temas; desde ahora ser&#225;s pescador de hombres. 11Y cuando trajeron a tierra las barcas, dej&#225;ndolo todo, le siguieron.</div><div class="s">Jes&#250;s sana a un leproso</div><div class="r">(Mt. 8.1-4; Mr. 1.40-45)</div><div class="p"> 12Sucedi&#243; que estando &#233;l en una de las ciudades, se present&#243; un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jes&#250;s, se postr&#243; con el rostro en tierra y le rog&#243;, diciendo: Se&#241;or, si quieres, puedes limpiarme. 13Entonces, extendiendo &#233;l la mano, le toc&#243;, diciendo: Quiero; s&#233; limpio. Y al instante la lepra se fue de &#233;l. 14Y &#233;l le mand&#243; que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, mu&#233;strate al sacerdote, y ofrece por tu purificaci&#243;n, seg&#250;n mand&#243; Mois&#233;s,#Lv. 14.1-32. para testimonio a ellos. 15Pero su fama se extend&#237;a m&#225;s y m&#225;s; y se reun&#237;a mucha gente para o&#237;rle, y para que les sanase de sus enfermedades. 16Mas &#233;l se apartaba a lugares desiertos, y oraba.</div><div class="s">Jes&#250;s sana a un paral&#237;tico</div><div class="r">(Mt. 9.1-8; Mr. 2.1-12)</div><div class="p"> 17Aconteci&#243; un d&#237;a, que &#233;l estaba ense&#241;ando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales hab&#237;an venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusal&#233;n; y el poder del Se&#241;or estaba con &#233;l para sanar. 18Y sucedi&#243; que unos hombres que tra&#237;an en un lecho a un hombre que estaba paral&#237;tico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de &#233;l. 19Pero no hallando c&#243;mo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poni&#233;ndole en medio, delante de Jes&#250;s. 20Al ver &#233;l la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: &#191;Qui&#233;n es este que habla blasfemias? &#191;Qui&#233;n puede perdonar pecados sino solo Dios? 22Jes&#250;s entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: &#191;Qu&#233; cavil&#225;is en vuestros corazones? 23&#191;Qu&#233; es m&#225;s f&#225;cil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Lev&#225;ntate y anda? 24Pues para que sep&#225;is que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paral&#237;tico): A ti te digo: Lev&#225;ntate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25Al instante, levant&#225;ndose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, dec&#237;an: Hoy hemos visto maravillas.</div><div class="s">Llamamiento de Lev&#237;</div><div class="r">(Mt. 9.9-13; Mr. 2.13-17)</div><div class="p"> 27Despu&#233;s de estas cosas sali&#243;, y vio a un publicano llamado Lev&#237;, sentado al banco de los tributos p&#250;blicos, y le dijo: S&#237;gueme. 28Y dej&#225;ndolo todo, se levant&#243; y le sigui&#243;.</div><div class="p"> 29Y Lev&#237; le hizo gran banquete en su casa; y hab&#237;a mucha compa&#241;&#237;a de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. 30Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los disc&#237;pulos, diciendo: &#191;Por qu&#233; com&#233;is y beb&#233;is con publicanos y pecadores?#Lc. 15.1-2. 31Respondiendo Jes&#250;s, les dijo: Los que est&#225;n sanos no tienen necesidad de m&#233;dico, sino los enfermos. 32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.</div><div class="s">La pregunta sobre el ayuno</div><div class="r">(Mt. 9.14-17; Mr. 2.18-22)</div><div class="p"> 33Entonces ellos le dijeron: &#191;Por qu&#233; los disc&#237;pulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben? 34&#201;l les dijo: &#191;Pod&#233;is acaso hacer que los que est&#225;n de bodas ayunen, entre tanto que el esposo est&#225; con ellos? 35Mas vendr&#225;n d&#237;as cuando el esposo les ser&#225; quitado; entonces, en aquellos d&#237;as ayunar&#225;n. 36Les dijo tambi&#233;n una par&#225;bola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de &#233;l no armoniza con el viejo. 37Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romper&#225; los odres y se derramar&#225;, y los odres se perder&#225;n. 38Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan. 39Y ninguno que beba del a&#241;ejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El a&#241;ejo es mejor.</div>
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 <div class="book bkLUK">
 <div class="chapter ch6" data-usfm="LUK.6">
 <div class="label">6</div><div class="s">Los disc&#237;pulos recogen espigas en el d&#237;a de reposo</div><div class="r">(Mt. 12.1-8; Mr. 2.23-28)</div><div class="p"> 1Aconteci&#243; en un d&#237;a de reposo,#6.1 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. que pasando Jes&#250;s por los sembrados, sus disc&#237;pulos arrancaban espigas y com&#237;an,#Dt. 23.25. restreg&#225;ndolas con las manos. 2Y algunos de los fariseos les dijeron: &#191;Por qu&#233; hac&#233;is lo que no es l&#237;cito hacer en los d&#237;as de reposo?#6.2 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 3Respondiendo Jes&#250;s, les dijo: &#191;Ni aun esto hab&#233;is le&#237;do, lo que hizo David cuando tuvo hambre &#233;l, y los que con &#233;l estaban; 4c&#243;mo entr&#243; en la casa de Dios, y tom&#243; los panes de la proposici&#243;n, de los cuales no es l&#237;cito comer sino solo a los sacerdotes,#Lv. 24.9. y comi&#243;, y dio tambi&#233;n a los que estaban con &#233;l?#1 S. 21.1-6. 5Y les dec&#237;a: El Hijo del Hombre es Se&#241;or aun del d&#237;a de reposo.#6.5 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado.</div><div class="s">El hombre de la mano seca</div><div class="r">(Mt. 12.9-14; Mr. 3.1-6)</div><div class="p"> 6Aconteci&#243; tambi&#233;n en otro d&#237;a de reposo,#6.6 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. que &#233;l entr&#243; en la sinagoga y ense&#241;aba; y estaba all&#237; un hombre que ten&#237;a seca la mano derecha. 7Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el d&#237;a de reposo#6.7 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. lo sanar&#237;a, a fin de hallar de qu&#233; acusarle. 8Mas &#233;l conoc&#237;a los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que ten&#237;a la mano seca: Lev&#225;ntate, y ponte en medio. Y &#233;l, levant&#225;ndose, se puso en pie. 9Entonces Jes&#250;s les dijo: Os preguntar&#233; una cosa: &#191;Es l&#237;cito en d&#237;a de reposo#6.9 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. hacer bien, o hacer mal?, &#191;salvar la vida, o quitarla? 10Y mir&#225;ndolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y &#233;l lo hizo as&#237;, y su mano fue restaurada. 11Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre s&#237; qu&#233; podr&#237;an hacer contra Jes&#250;s.</div><div class="s">Elecci&#243;n de los doce ap&#243;stoles</div><div class="r">(Mt. 10.1-4; Mr. 3.13-19)</div><div class="p"> 12En aquellos d&#237;as &#233;l fue al monte a orar, y pas&#243; la noche orando a Dios. 13Y cuando era de d&#237;a, llam&#243; a sus disc&#237;pulos, y escogi&#243; a doce de ellos, a los cuales tambi&#233;n llam&#243; ap&#243;stoles: 14a Sim&#243;n, a quien tambi&#233;n llam&#243; Pedro, a Andr&#233;s su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolom&#233;, 15Mateo, Tom&#225;s, Jacobo hijo de Alfeo, Sim&#243;n llamado Zelote, 16Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que lleg&#243; a ser el traidor.</div><div class="s">Jes&#250;s atiende a una multitud</div><div class="r">(Mt. 4.23-25)</div><div class="p"> 17Y descendi&#243; con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compa&#241;&#237;a de sus disc&#237;pulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusal&#233;n y de la costa de Tiro y de Sid&#243;n, que hab&#237;a venido para o&#237;rle, y para ser sanados de sus enfermedades; 18y los que hab&#237;an sido atormentados de esp&#237;ritus inmundos eran sanados. 19Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder sal&#237;a de &#233;l y sanaba a todos.</div><div class="s">Bienaventuranzas y ayes</div><div class="r">(Mt. 5.1-12)</div><div class="p"> 20Y alzando los ojos hacia sus disc&#237;pulos, dec&#237;a: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.</div><div class="p"> 21Bienaventurados los que ahora ten&#233;is hambre, porque ser&#233;is saciados. Bienaventurados los que ahora llor&#225;is, porque reir&#233;is.</div><div class="p"> 22Bienaventurados ser&#233;is cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de s&#237;, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.#1 P. 4.14. 23Gozaos en aquel d&#237;a, y alegraos, porque he aqu&#237; vuestro galard&#243;n es grande en los cielos; porque as&#237; hac&#237;an sus padres con los profetas.#2 Cr. 36.16; Hch. 7.52.</div><div class="p"> 24Mas &#161;ay de vosotros, ricos! porque ya ten&#233;is vuestro consuelo.</div><div class="p"> 25&#161;Ay de vosotros, los que ahora est&#225;is saciados! porque tendr&#233;is hambre. &#161;Ay de vosotros, los que ahora re&#237;s! porque lamentar&#233;is y llorar&#233;is.</div><div class="p"> 26&#161;Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque as&#237; hac&#237;an sus padres con los falsos profetas.</div><div class="s">El amor hacia los enemigos, y la regla de oro</div><div class="r">(Mt. 5.38-48; 7.12)</div><div class="p"> 27Pero a vosotros los que o&#237;s, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 28bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29Al que te hiera en una mejilla, pres&#233;ntale tambi&#233;n la otra; y al que te quite la capa, ni aun la t&#250;nica le niegues. 30A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31Y como quer&#233;is que hagan los hombres con vosotros, as&#237; tambi&#233;n haced vosotros con ellos.</div><div class="p"> 32Porque si am&#225;is a los que os aman, &#191;qu&#233; m&#233;rito ten&#233;is? Porque tambi&#233;n los pecadores aman a los que los aman. 33Y si hac&#233;is bien a los que os hacen bien, &#191;qu&#233; m&#233;rito ten&#233;is? Porque tambi&#233;n los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prest&#225;is a aquellos de quienes esper&#225;is recibir, &#191;qu&#233; m&#233;rito ten&#233;is? Porque tambi&#233;n los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y ser&#225; vuestro galard&#243;n grande, y ser&#233;is hijos del Alt&#237;simo; porque &#233;l es benigno para con los ingratos y malos. 36Sed, pues, misericordiosos, como tambi&#233;n vuestro Padre es misericordioso.</div><div class="s">El juzgar a los dem&#225;s</div><div class="r">(Mt. 7.1-5)</div><div class="p"> 37No juzgu&#233;is, y no ser&#233;is juzgados; no conden&#233;is, y no ser&#233;is condenados; perdonad, y ser&#233;is perdonados. 38Dad, y se os dar&#225;; medida buena, apretada, remecida y rebosando dar&#225;n en vuestro regazo; porque con la misma medida con que med&#237;s, os volver&#225;n a medir.</div><div class="p"> 39Y les dec&#237;a una par&#225;bola: &#191;Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? &#191;No caer&#225;n ambos en el hoyo?#Mt. 15.14. 40El disc&#237;pulo no es superior a su maestro;#Mt. 10.24-25; Jn. 13.16; 15.20. mas todo el que fuere perfeccionado, ser&#225; como su maestro. 41&#191;Por qu&#233; miras la paja que est&#225; en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que est&#225; en tu propio ojo? 42&#191;O c&#243;mo puedes decir a tu hermano: Hermano, d&#233;jame sacar la paja que est&#225; en tu ojo, no mirando t&#250; la viga que est&#225; en el ojo tuyo? Hip&#243;crita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces ver&#225;s bien para sacar la paja que est&#225; en el ojo de tu hermano.</div><div class="s">Por sus frutos los conocer&#233;is</div><div class="r">(Mt. 7.15-20)</div><div class="p"> 43No es buen &#225;rbol el que da malos frutos, ni &#225;rbol malo el que da buen fruto. 44Porque cada &#225;rbol se conoce por su fruto;#Mt. 12.33. pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. 45El hombre bueno, del buen tesoro de su coraz&#243;n saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su coraz&#243;n saca lo malo; porque de la abundancia del coraz&#243;n habla la boca.#Mt. 12.34.</div><div class="s">Los dos cimientos</div><div class="r">(Mt. 7.24-27)</div><div class="p"> 46&#191;Por qu&#233; me llam&#225;is, Se&#241;or, Se&#241;or, y no hac&#233;is lo que yo digo? 47Todo aquel que viene a m&#237;, y oye mis palabras y las hace, os indicar&#233; a qui&#233;n es semejante. 48Semejante es al hombre que al edificar una casa, cav&#243; y ahond&#243; y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundaci&#243;n, el r&#237;o dio con &#237;mpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. 49Mas el que oy&#243; y no hizo, semejante es al hombre que edific&#243; su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el r&#237;o dio con &#237;mpetu, y luego cay&#243;, y fue grande la ruina de aquella casa.</div>
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