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Misma, tenemos que hablarMuestra

Misma, tenemos que hablar

DÍA 5 DE 7

Desintoxica tus pensamientos

¡Nuestro cerebro es en verdad increíble! Se puede remodelar y volver a moldear. De hecho, los pensamientos ocurren por cualquier estimulación sensorial; son un almacén de ideas donde procesamos datos, información, interpretación y definiciones. Sin embargo, ningún pensamiento se da sin nuestro consentimiento, así que tenemos el poder o el derecho de rechazar tal procesamiento mental.

¿Recuerdas el verso bíblico, en Génesis 1:29, en donde Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”? Allí nos narra que Él tomó de Sí mismo un rasgo, una función, un perfil funcional que tiene desde la eternidad y lo puso en ti y en mí: la capacidad de pensar.
Esta capacidad nos diferencia de las miles de especies vivas creadas. Dios diseñó un cerebro como órgano y lo formó de manera tal para transmitir Sus propios pensamientos a cada una de nosotras. Tal regalo viene acompañado de la gran responsabilidad de tener pensamientos a la altura de los que Dios diseñó para cada una de nosotras. Es el pensamiento de Dios revelado a tu pensamiento.

Para mejorar tu relación con Dios tienes que cuidar la esencia de tus propios pensamientos. Si cuidas tu pensamiento, cuidas tu espíritu. Esta decisión debe convertirse en un proyecto de vida y así podremos producir fruto. Los caminos de tu vida están definidos por tus pensamientos.

Clasifica tus pensamientos, elimina los pensamientos tóxicos La desintoxicación de tus pensamientos puede parecerse a elegir un libro en un estante de tu biblioteca de recuerdos, reescribiendo una página en ese libro, para volver a colocarlo en el estante, libre de emociones y pensamientos tóxicos.
Ahora, no pienses que esto será inmediato. Tomará el tiempo que tú decidas, pero una cosa es segura:

Misma, el Espíritu Santo te ha capacitado para poder romper las cadenas que han estado limitando tu pensamiento y desarrollo, a fin de llegar a ser lo que Dios pensó al crearte. Desde la eternidad tú fuiste un pensamiento de Dios; ofrenda a Dios tus pensamientos. ¡Sí se puede!
Ahora disfruta un momento entre Dios y “Misma".

—Padre Celestial, gracias por darme la capacidad de pensar. La mente es el lugar en donde tú te comunicas conmigo. Gracias por diseñar tan maravilloso el sentido lógico, creativo y libre de pensamiento.
Ayúdame, Padre Celestial, a tener presente que la tarea más delicada que tengo es cuidar mis pensamientos, y que tengo que vivir a la altura de lo que eso implica. Me diseñaste para tener hambre y sed de Ti, y me diste la facultad de pensar y creer.
Hoy aprendí que me has llenado de toda autoridad para manejar adecuadamente mis pensamientos, y no doy permiso a ningún pensamiento tóxico.
Padre, recibo las fuerzas para aplicar el verso bíblico que está en el libro de Filipenses 4:8: «Por último, hermanos, consideren bien todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio». Amén.

—Sí. Te doy la sabiduría que pides. Te doy las fuerzas. Te prometo que cumpliré todas las promesas que te hice. Yo estoy contigo todos los días de tu vida. Hoy te regalo un nuevo día y nuevas misericordias.
Hija, cuando ores, enciérrate, vete aparte y sepárate de toda distracción. Deja la tecnología y no permitas que nada interrumpa, porque yo quiero hablarte. Hija, hoy hablo a tu pensamiento.

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a Dayna Monteagudo por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.daynamonteagudo.com/

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