[Kainos] El Gozo De La GenerosidadMuestra

Encontrar la libertad para dar

Damos de lo que se nos ha dado. ¿Qué te ha dado Dios? ¿Cómo te ha bendecido el Señor? Alguien podría decir: «Bueno, Dios no me bendijo; voy a trabajar todos los días». Sí, pero ¿Dios no te dio esa mente? ¿Esas manos? ¿Ese corazón? ¿Ese trabajo? ¿No te dio Dios todo eso? Si no ves eso, estás en camino de ser humillado. Es mucho mejor comenzar humildemente y decir: «Señor, me has dado esta oportunidad. Quiero agradecerte por todo lo que me has dado».

Damos de lo que se nos ha dado. Dios nos pide a ti y a mí que demos de lo que tenemos, no de lo que alguien más tiene. Alguna vez has pensado: «¿Si ganara la lotería, haría todas estas grandes cosas, sería tan generoso y regalaría toneladas?». Las estadísticas muestran que probablemente no sería cierto. El dinero revela quién eres en este momento con lo que tienes.

Para la mayoría de nosotros, nuestros ingresos y gastos parecen incrementarse juntos. Piénsalo. ¿Todavía estás en el mismo auto que manejaste en la secundaria? ¿Vives en la misma casa en la que viviste mientras estabas en la universidad? ¿Te tomas las mismas vacaciones que tomaste antes? No. Y puedes tener millones y millones de dólares y aun así estar escaso de efectivo. ¿Cómo es posible que el mundo vea a los atletas profesionales y celebridades ir a la quiebra? La forma en que manejamos el dinero de alguna manera muestra que siempre ha estado allí, en el secreto de nuestro corazón: nuestra frivolidad, nuestro egoísmo, nuestra codicia. Todos decimos: «¡Mío!» Pero la libertad viene cuando decimos: «Señor, todo es tuyo». Cuando somos capaces de decir: «Señor, te lo damos a ti».

No te preocupes por otra persona, por el que tiene más dinero que tú o lo que podrías hacer si tuvieras una situación financiera diferente. Caminas con Dios en tu propio corazón, en tu propia vida. Todos nosotros tenemos diferentes dones y cuando todos estamos en obediencia al Señor, él hace grandes cosas con su iglesia. Sigamos buscando a Dios y digamos: «Señor, necesitamos que hables a nuestros corazones en gran manera».

Dios, tú eres el dador de todo lo que tengo. Ayúdame a estar agradecido por todo lo que me has dado y a darte todo de regreso a ti.