Maternidad Con GrietasMuestra

Mamá arruinaste mi peinado

Mi hija de 4 años, a su corta pero intensa edad me había parecido que había producido muchísimo cortisol en una tarde después de ser perfectamente peinada con gel como para que el peinado durará más que 1 día.

La causante de tanto cortisol en una niña es lo que como mujeres llamamos: “El cabello rebelde“, lo que puede sacar fácilmente a luz el estado de nuestro corazón.

Teníamos que salir, nuevamente mamá estaba de prisa (sí sabes de lo que te hablo), más apurada aún cuando los imprevistos de la crianza empiezan a surgir.

También surgen amenazas inútiles( las que sabes que no vas a cumplir, pero la dices). Acompañado de oraciones en modo SOS al cielo.

Apuro y paciencia no son los mejores aliados, podrían sacar lo peor de nosotras en 5 segundos.

Mamá respira, ora, respira. Pero sobre todo escucha el consejo del Consejero de tu maternidad.

• Hija estamos sobre la hora.
• ¿Mamá qué es sobre la hora? En el camino te lo explico.

- Pero, mi peinado mamá (Se asoma un desborde emocional).

- Está bien el peinado.

- No, al cambiarme de ropa ya se ha aplastado una parte.

Respiro, oro.. miro la hora, la vuelvo a mirar sus ojos inundados por lágrimas.

- Mi amor, tu pelo no es más importante que tu corazón (Intento hacerla entrar en razón).

- Pero, para mí lo es (Ella resiente).

- Tu cabello es importante, pero de nada nos servirá tener un cabello perfecto si gritamos, tratamos mal a los demás, y los hacemos sentir mal (Suspiro).

La conversación podría extenderse como para nunca llegar al lugar que teníamos que ir.

Pero en el camino, Dios trabaja con esas palabras que me dio para el momento de crisis.

¿Cómo está tu corazón? ¿Has permitido que tus pendientes, que tus compromisos, que la ropa acumulada sin lavar se roben el gozo de tu corazón?

El propósito de la ansiedad es drenarte la paz y el gozo del futuro.

El propósito de la depresión es drenarte el presente, pensando que el pasado fue mejor; o pensando que nunca podrás superar algo que ya sucedió.

El propósito de Dios en tu maternidad es trabajar en tu corazón de manera profunda (como nadie más lo puede hacer); para que reflejes Su gozo, y sobre todo Su carácter.

Queremos criar hijas con un carácter conforme al corazón de Dios, permitamos que Dios trabaje profundamente en el nuestro.

En ser mansas y humildes, después de todo, somos mucho más que una cara bonita, y un pelo bien arreglado. Somos hijas de Dios, y eso debe llenar de gozo nuestra completa existencia.