Devocional Del Día | FebreroMuestra

La piedra que asombra.

Pasaje Central: Marcos 16:1-7

Pasado el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé compraron especias aromáticas para embalsamarlo. El domingo por la mañana muy temprano, al salir el sol, fueron al sepulcro. Se preguntaron en voz alta el uno al otro: "¿Quién nos quitará la piedra del sepulcro?"
Entonces miraron hacia arriba, vieron que la habían hecho retroceder —era una piedra enorme— y entraron directamente. Vieron a un joven sentado del lado derecho, vestido todo de blanco. Estaban completamente desconcertados, asombrados.
Él dijo: “No tengan miedo. Sé que buscas a Jesús el Nazareno, Aquel a quien clavaron en la cruz. Él ha sido levantado; ya no está aquí. Pueden ver por ustedes mismos que el lugar está vacío. Ahora, sigue tu camino. Dile a sus discípulos y a Pedro que va delante de ti a Galilea. Lo verás allí, exactamente como dijo.

Jesús ya había sido crucificado, ya estaba sepultado, lo pusieron en una tumba en donde antiguamente se cerraba con una piedra. Esta piedra algunos creen que era demasiado pesada, y que era necesario que la cargaran entre varios hombres y esto iba a tomar una buena cantidad de tiempo para quitarla. Por eso Salomé y las dos Marías se preguntaban: ¿Quién nos quitará la piedra?

Y esto me hace pensar, que en nuestra vida tenemos problemas, dificultades, situaciones que parecieran estar enterradas en una tumba, y no solo eso, sino además con una piedra grande encima, pesada, que se nota que no podremos por nosotros mismos quitarla. Eso nos puede causar ansiedad, temor o preguntas, asi como le paso a estas mujeres. Pero después, se toparon con que Jesús ya había hecho la obra, la piedra había sido quitada, lo muerto había resucitado.

Nosotros podemos tener fe, de que aun en medio de lo que vivamos actualmente, Jesús ya ha obrado, solo falta que nuestros ojos lo vean.

Medita: ¿Estoy listo para asombrarme con las maravillas que Dios ya ha hecho?