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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bk2CO">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="2CO.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">Salutaci&#243;n</div><div class="p"> 1Pablo, ap&#243;stol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que est&#225; en Corinto,#Hch. 18.1. con todos los santos que est&#225;n en toda Acaya: 2Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Se&#241;or Jesucristo.</div><div class="s">Aflicciones de Pablo</div><div class="p"> 3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se&#241;or Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolaci&#243;n, 4el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos tambi&#233;n nosotros consolar a los que est&#225;n en cualquier tribulaci&#243;n, por medio de la consolaci&#243;n con que nosotros somos consolados por Dios. 5Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, as&#237; abunda tambi&#233;n por el mismo Cristo nuestra consolaci&#243;n. 6Pero si somos atribulados, es para vuestra consolaci&#243;n y salvaci&#243;n; o si somos consolados, es para vuestra consolaci&#243;n y salvaci&#243;n, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros tambi&#233;n padecemos. 7Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que as&#237; como sois compa&#241;eros en las aflicciones, tambi&#233;n lo sois en la consolaci&#243;n.</div><div class="p"> 8Porque hermanos, no queremos que ignor&#233;is acerca de nuestra tribulaci&#243;n que nos sobrevino en Asia;#1 Co. 15.32. pues fuimos abrumados sobremanera m&#225;s all&#225; de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 9Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confi&#225;semos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; 10el cual nos libr&#243;, y nos libra, y en quien esperamos que a&#250;n nos librar&#225;, de tan gran muerte; 11cooperando tambi&#233;n vosotros a favor nuestro con la oraci&#243;n, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.</div><div class="s">Por qu&#233; Pablo pospuso su visita a Corinto</div><div class="p"> 12Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabidur&#237;a humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho m&#225;s con vosotros. 13Porque no os escribimos otras cosas de las que le&#233;is, o tambi&#233;n entend&#233;is; y espero que hasta el fin las entender&#233;is; 14como tambi&#233;n en parte hab&#233;is entendido que somos vuestra gloria, as&#237; como tambi&#233;n vosotros la nuestra, para el d&#237;a del Se&#241;or Jes&#250;s.</div><div class="p"> 15Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia, 16y por vosotros pasar a Macedonia,#Hch. 19.21. y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. 17As&#237; que, al proponerme esto, &#191;us&#233; quiz&#225; de ligereza? &#191;O lo que pienso hacer, lo pienso seg&#250;n la carne, para que haya en m&#237; S&#237; y No? 18Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es S&#237; y No. 19Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por m&#237;, Silvano y Timoteo,#Hch. 18.5. no ha sido S&#237; y No; mas ha sido S&#237; en &#233;l; 20porque todas las promesas de Dios son en &#233;l S&#237;, y en &#233;l Am&#233;n, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 21Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungi&#243;, es Dios, 22el cual tambi&#233;n nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Esp&#237;ritu en nuestros corazones.</div><div class="p"> 23Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todav&#237;a a Corinto. 24No que nos ense&#241;oreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe est&#225;is firmes.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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