¡No Dejes De Respirar!Muestra

Recuerdo que cuando nuestra Gianna tenía 9 meses, en esos días le pedí a mi esposo que me acompañara al centro comercial a comprarme unos zapatos. Mi esposo no entiende porque a su esposa siempre le hacen falta un par de zapatos, pero aceptó acompañarme y nos fuimos con la bebé.

Recuerdo que era mitad de semana, era temprano y los negocions estaban aún vacíos. En este negocio de zapatos solo había un empleado, el cuál muy sabiamente se puso a conversar con mi esposo para que yo pudiese comprar tranquila mis zapatos.

Este hombre no se despegaba de la bebé y le preguntaba a mi esposo que cuál era su nombre, le hacía fiesta por el traje, etc.

Al terminar yo de escoger mis zapatos que me iba a comprar, se los entrego al empleado el cual inmediatamente me pregunta que cuántos meses tenía mi bebé, a lo cual le respondí: “9 meses”. Al responderle su rostro instantáneamente cambió, y me dijo casi sin poder que 9 meses tenía su bebé que hacía poco acababa de morir. Comenzó a llorar…y yo lo abracé fuertemente entendiendo que el Señor nos había enviado aquel lugar por la necesidad y el dolor de aquel hombre. Que NO era una mera casualidad, ni coincidencia, que aquello se había convertido en una cita divina.

Mi esposo y yo comenzamos a orar y a clamar en medio de aquella tienda vacía por aquel empleado con su corazón destrozado y por su esposa en la distancia que no conocíamos, pero sabíamos que debía estar sufriendo igualmente por la perdida de su bebé.

Físicamente no podíamos llegar hasta donde ella se encontraba, pero nuestra oración sí. Mis hermanos, nuestra oración puede mover la mano de Dios y provocar milagros en la vida de otros. En este día tú puedes decidir convertirte en un provocador de milagros y en un agente de cambios.

Cuando Dios decide bendecir y alcanzar a alguien, Él moverá a quién sea, desde dónde sea… para alcanzarlo.

Recuerda que la oración del justo es eficaz. La oración e intercesión por tu hermano o hermana, sí produce milagros.

Mi esposo suele decir: No es tan solo caminar, sino lo que hacemos en el camino, es poder amar y bendecir a quien encuentres a tu paso, es marcar la vida de aquellos que te rodean.

Allá afuera hay mucha necesidad, hay gente esperando a que tú te decidas de una vez y por todas a tomar en serio este Evangelio y el llamado que el Señor ha hecho a tu vida. Que puedas entender la importancia del papel que ocupas dentro del cuerpo de Cristo porque te necesitamos. Sal hoy de aquí decidido a hacer la diferencia. Recuerda: ¡No dejes de respirar!