PROVISIÓN DE SALVACIÓN

"Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo el que cree en él no se pierda, sino tenga vida eterna" (Juan 3:16).

Conocemos la historia de Abraham, el padre de la fe. Abraham espero tanto por su hijo, era su oración cumplida, era su milagro, era todo lo que anhelaba, era el hijo de sus ojos (a lo mejor hasta lo consentía mucho). Podemos entender la humanidad del padre de la fe, es como que todo lo que hayas pedido en oración y hayas esperado años hoy lo puedas ver, tener, palpar. Pero, un dia venga Dios y te diga dámelo, entrégalo, sacrifícalo para mí, dame esa ofrenda.

Quizás el padre de la fe se tuvo que haber hecho muchas preguntas en su interior, pero dice la Palabra que no se lo negó a Aquel que podía suplirse de ofrenda.

Y, es que el padre ya tenia la provisión de salvación para Isaac, aquel carnero fue visible cuando Abraham no se negó sino que lo entregó todo hasta llegar al punto de intentarlo hacer y ser detenido por Dios. Y, ahí fue cuando se hizo visible aquella provisión de salvación.

La humanidad sumergida en el pecado y antes que se perdiera le fue entregado la provisión de salvación por medio de Jesús. Él, aquel carnero que iba ser sacrificado y que iba a traer purificación y limpieza, iba traer aquel acceso directo de estar nuevamente con la misma intimidad que al principio. Iba traer restauración de la relación de la humanidad con el Padre, para volver a su esencia original.

Hoy, aquella provisión de salvación está disponible para ti, no debes sacrificar nada, solo debes recibir el sacrificio de Jesús. Debes recibir aquel amor del padre por medio de Jesús.

Algo que el padre ha buscado es restaurar la relación que tenia desde antes de la eternidad contigo. Al recibir y aceptar aquella provisión nos hacer volver al estado natural, al estado original como éramos desde siempre.

¿Qué harás ahora, recibirlo o despreciarlo?

La provisión de Salvación que nos dio el Padre por medio de Jesús fue para restaurar nuestra posición original.