Un Nuevo Año LLeno de EsperanzaMuestra

Las metas
Cada vez que comienza un año nuevo, hacemos una lista de las cosas que quisiéramos hacer o tener. Están las cosas materiales que nos gustaría tener: Casa, automóvil, muebles, electrónicos, ropa y otras cosas más. También están las cosas que nos gustaría hacer: Viajar, hacer ejercicio, hacer dieta, comer más saludable, cuidar la salud, compartir más con la familia y amistades, trabajar más en la comunidad y en la Iglesia, entre otras cosas. Muchas de esas metas las podemos cumplir con esfuerzo y dedicación.
Al terminar el año, veremos algunas metas cumplidas y otras que no pudimos cumplir. Pero cada año nuevo además de las metas seculares podemos proponernos más metas espirituales. Por ejemplo: Tener una vida más íntima con Dios, leer más la Biblia, trabajar en la Obra del Señor con nuestros talentos, ayudar al prójimo, asistir más a la iglesia, entre muchas cosas más.
Es bueno, positivo y saludable tener metas, ya sean materiales, seculares o espirituales. Eso nos mantiene enfocados y le da propósito a nuestra vida. Las metas espirituales por supuesto que nos llenan más el espíritu, nos acercan más a nuestro Señor y nos llenan de fe, amor y esperanza. La esperanza es una actitud de ánimo que nos impulsa a creer en la realización de cosas positivas para nuestra vida. La esperanza comienza verdaderamente cuando aceptamos a Jesús. Y cuando creemos que hemos sido salvados para vivir una vida eterna con nuestro Creador. Esta es la verdadera esperanza que nos cambia la forma de ver la vida para siempre.
Vamos a comenzar el nuevo año llenos de esperanza. Además de todas las metas que hemos anotado en nuestra lista. Siempre teniendo en cuenta que nosotros podemos hacer planes, pero Dios termina haciendo Su voluntad en nuestra vida. Y cuando Dios hace Su voluntad en ti, tus planes terminan mejor de lo que tú esperabas. Pero muy importante, nunca pierdas la esperanza.
Escritura
Acerca de este Plan

Comienza un nuevo año, y como siempre, ya tenemos en mente todo lo que quisiéramos hacer y tener. Cuando hacemos planes es porque tenemos la esperanza que se van a cumplir. Pero nada de eso sería posible si no contamos con el Dios de la Esperanza. Necesitamos tener una esperanza viva para que nuestra vida tenga propósito y sentido. En este plan te comparto, cómo la esperanza es tan esencial para la vida del creyente. Y cómo puedes tener una esperanza que nunca muera.
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Nos gustaría agradecer a Autora Ruth Guadalupe por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/ruthguadalupe.12
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