Esperando en la quietud: 7 días de espera en la promesa de DiosMuestra

DÍA 1

ESPERANDO EN LA QUIETUD: EN LUGARES DE QUIETUD

Al comenzar, veremos a alguien que recibió una promesa de Dios mucho antes de que pudiera disfrutarla. La historia de Sara y Abraham siempre me da perseverancia para seguir adelante cuando las promesas parecen muy lejanas.

Con frecuencia Dios nos da la promesa mucho antes de darnos el proceso de su cumplimento. Dios le dijo a Sara que daría a luz un hijo en su vejez, pero no le dijo a qué edad lo tendría. Tampoco le pidió a Sara que le ayudara a cumplir esa promesa. Al pasar el tiempo, Sara y Abraham no vieron ni supieron nada de Dios con respecto a lo prometido. Comenzaron a pensar que Dios necesitaba ayuda para cumplirla. ¿Cuántas veces nosotros también somos culpables de hacer algo semejante?

Dios nos señala nuestro destino antes de darnos direcciones. Tal vez para que tengamos esperanza, ya que cuando estamos en la quietud de la espera parecería que nada sucede. Un lugar de quietud es importante porque es donde se exhibe y se fortalece nuestra fe. Es ahí donde aprendemos lecciones, obediencia, paciencia y perseverancia.

Es crucial que nos mantengamos fieles y en calma en vez de intentar acelerar el proceso haciendo algo para ayudar a Dios. Tampoco queremos tomar decisiones impulsivas al hacer algo que creemos que Dios quiere que hagamos.

En quietud, aprendemos a identificar la voz de Dios y Su silencio. Si damos un paso en falso sin escucharlo, podríamos poner en peligro la promesa que nos ha dado, o retrasarla. Sara y Abraham decidieron hacer un movimiento sin Él. No perdieron la promesa de Dios, pero agregaron aflicción innecesaria tanto a sus vidas como a las vidas de los demás.

A menudo, en nuestra prisa por alcanzar una promesa, tratamos de intervenir y ayudar a Dios como Sara y Abraham, agregando aflicción a una promesa libre de ella. No comprometas tu promesa negándote a esperar en Dios en el lugar de quietud. Permite que Dios complete Su obra en y para ti. Obtén todo lo que Dios tiene para ti simplemente disfrutando de la quietud y aferrándote a Sus promesas. No te muevas, no dudes, no te quejes ni planees estrategias, simplemente quédate quieto y espera. Dios tiene un plan para Su promesa y para tu vida.