Visión del Alma 1: La Visión de Dios, tu Rol IndividualMuestra

Si vamos a construir una visión de la vida, tenemos que pensar en el futuro. Pero hay que recordar que en la búsqueda de la vida intencional, nos encontramos muy limitados. Debemos deshacernos de cualquier idea acerca de construir el futuro. Nosotros podemos influir en nuestro futuro, lo que sembramos, lo cosecharemos, aunque no podemos determinar nuestro mañana.

Las Escrituras nos exhortan a enfrentar el “mañana” de dos maneras básicas:

1. Enfrentar el mañana sin ansiedad a causa de la providencia divina.

La ansiedad supone demasiada responsabilidad sobre el futuro. El tenor de las palabras del Señor trae seguridad a la persona más temerosa (Mateo 6:25-31). “No estés ansioso, no temas, no te preocupes” por el mañana. Un Dios bueno ve y supervisa el futuro. Él te sostendrá en el presente, así como cuida de los pájaros y las flores, y te sostendrá cuando el futuro se convierta en presente.

2. Afrontar el mañana con planificación, no con fatalismo.

No predecimos el futuro, ni nos resignamos ante él. Esperamos, pero también trabajamos hacia el futuro. La planificación cristiana a veces asume una línea recta de causa y efecto. El tiempo es lineal, pero el crecimiento no lo es. Gálatas 6:7 no dice: “lo que siembras, debes cosecharlo”, especialmente en el contexto de hacer el bien y el mal. Aun así, todo esto se encuentra dentro del contexto de un Dios personal del que no se burlan. La ley de la siembra y la cosecha no se rige por una ley kármica impersonal y fatalista, sino por un Dios Personal y Justo que siempre hará lo correcto.