La Victoria Para Tu VidaMuestra

La victoria ya es tuya, debes declararlo.

Vivir en derrota es muy sencillo, solo debemos dejar que los pensamientos de desánimo nos saturen y hagan que nuestra vida caiga en una espiral de desesperanza, angustia y sufrimiento; debemos ser cuidadosos de no caer en ese tipo de actitudes porque es difícil salir de ese lugar oscuro.

En el libro de la Sabiduría, el Libro de Proverbios se nos dice: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.” (Proverbios 23:7). Vemos al inicio del versículo que nos habla del pensamiento y del ser; conforme sea nuestro pensamiento así será nuestra vida porque materializamos todo lo que se nos viene a la mente, suena imposible, pero es la realidad; si visualizamos una vida de victoria seremos vencedores, si pensamos solo en la derrota seremos derrotados; cuando declaramos victoria obtendremos victoria, palabra negativas como no puedo, es imposible, jamás lo voy a lograr nos llevan a una vida llena de desánimo.

Es importante que visualicemos la victoria frente a la batalla para poder crear escenarios posibles para lograrlo, si declaramos la victoria, si creemos con fe y trabajamos de la mano de Dios poniendo nuestros sueños, metas y anhelos en sus manos vamos a ver como la victoria llega a nuestra vida en el momento menos esperado; debemos declarar la victoria por medio de Cristo Jesús, recordemos que Él intercede por nosotros ante al Padre y pide por nuestro bienestar, el Padre desea darnos lo mejor, solo debemos confiar en que en todo proceso somos preparados para recibir las bendiciones que Él tiene para cada uno de nosotros; oremos:

Padre bueno, te damos las gracias porque nos amas y deseas darnos la victoria frente a cualquier adversidad, sabemos que en tu presencia hay plenitud de gozo y paz, que nos amas y diste a tu Hijo en pago por nuestra libertad, que el enemigo no puede tocarnos si estamos bajo tu cobertura; en el Nombre poderoso de Jesús te pedimos que nos ayudes a seguir adelante, que por más oscuro que parezca el día siempre recordemos que tu favor, tu misericordia y bondad nos cubre; danos esa paz que sobrepasa todo entendimiento y satúranos de tu amor, de tu bondad y de tu misericordia; que el día que la victoria llegue a nuestra vida recordemos que es por tu gracia, por el puro afecto de tu voluntad, que no hay nada que podamos darte, excepto nuestro corazón en agradecimiento por tu amor; amén.