[Corre Para Ganar] Máximo RendimientoMuestra

Corre bien

En la antigua Grecia, las competiciones deportivas eran muy conocidas. En particular, los Juegos Olímpicos eran un acontecimiento importante. Dos cosas estaban claras para los corredores de los juegos atléticos: En primer lugar, un atleta tenía que entrenar intensamente durante varios meses para clasificarse para los juegos. En segundo lugar, un atleta tenía que jugar limpio para ser merecedor de la corona. Las reglas establecían que si un corredor interfería con otro durante la carrera y le hacía perder el ritmo, el agresor sería descalificado y no se le permitiría terminar la carrera.

Los atletas saben que deben concentrarse en su deporte para ser los mejores. Solo hay que observar a los golfistas mirando hacia delante en el campo, intensamente concentrados en dónde debe ir la pelota antes de dar el golpe de salida. O considera la concentración de los jugadores de baloncesto que se toman un tiempo antes de lanzar un par de tiros libres, aunque hayan practicado repetidamente antes del partido. Esto los mantiene concentrados y en la «zona» para competir bien durante todo el partido.

El Apóstol Pablo se sentía preocupado por los creyentes de la iglesia de Galacia. Los nuevos creyentes habían comenzado la carrera de la vida cristiana corriendo muy bien, pero los falsos maestros les habían hecho perder la concentración y, por tanto, el ritmo. Esto obstaculizó significativamente su progreso hasta el punto de que los cristianos ya no estaban corriendo bien la carrera. Pablo les preguntó a los gálatas: ¿quién les ha impedido avanzar?

Pablo les pidió que identificaran a los que traían falsas enseñanzas y los llevaban a vivir de manera diferente a la vida de seguimiento de Cristo que el mismo Pablo les había enseñado. Como un entrenador, Pablo observó cómo jugaban el partido y les mostró los ajustes necesarios que debían hacer para ayudarles a volverse mejores.

¿Alguna vez has sentido que de repente te han sacado del juego de Dios? En esos momentos, tenemos que evaluar y ver qué ha cambiado, qué ha salido mal, qué nos está obstaculizando y cómo corremos nuestra carrera. Entonces, necesitamos volver al camino de vivir la vida cristiana de acuerdo a lo que dice la Biblia para llegar a la meta.

Señor, cuando veas que no estoy corriendo bien la carrera de la vida, por favor muéstrame lo que me impide seguirte. Ayúdame a eliminarlo para que pueda volver al camino. Te pido que hagas mi camino recto mientras corro la carrera de la vida para que pueda correr para ganar.